Embarazada y con cáncer
En febrero de 2009, Hortensia supo que estaba embarazada. Al poco tiempo, ella misma se notó un bulto en el pecho. Sin darle importancia esperó a la revisión de su ginecóloga para comentárselo. La doctora le indicó que, debido al embarazo, los pechos sufren muchos cambios, pero aun así le hicieron una ecografía y una biopsia, que confirmó que era un carcinoma.
¿Interrumpir o no el embarazo?
Los primeros momentos de la enfermedad fueron los más duros para ella, dice, ya que los médicos le aconsejaron interrumpir el embarazo. “Estaba desconcertada, tenía cáncer y además tenía que perder a mi hijo… No me sentía segura con el equipo médico”, cuenta Hortensia. Optó por un cambio y eligió al oncólogo Javier Hornedo. “A partir de ese momento, viví la enfermedad con mucha positividad. Para mí, la palabra cáncer era sinónimo de muerte, pero yo no podía morir, tenía que vivir por mi hijo”, afirma.
Tratamientos
El primer paso fue una cirugía conservadora de la mama. “Estaba embarazada y no olvidaré que al despertar de la anestesia me hicieron una ecografía para comprobar que el niño estaba bien, lo cual me dio mucha tranquilidad”. Después recibió cuatro sesiones de quimioterapia que no afectaban al feto, y en la semana 36 del embarazo, le practicaron una cesárea programada para poder continuar con otra quimioterapia más fuerte, seguida de radioterapia, y finalizar el tratamiento con braquiterapia.
Emociones a flor de piel
“Fueron momentos muy duros, nunca me podía imaginar la fortaleza que tiene el ser humano ante situaciones difíciles. A nivel emocional, viví distintas etapas. La primera fue desolación, sentimientos de tristeza, pero después de encontrar al equipo médico del Hospital Quirón Salud Madrid, sentí tranquilidad, alegría y vida”. En los momentos más duros se apoyó en su familia, sobre todo en su marido y en sus amigos, explica.
Confianza y esperanza
Aunque afirma que no es muy buena dando consejos, Hortensia recomienda lo que a ella le hizo sentirse bien: “Tener seguridad en tus médicos y pensar que es una etapa que se supera. En esta fase también hay vida y hay que disfrutarla cada segundo”. Actualmente, aunque sigue en tratamiento, Hortensia disfruta de la vida y de su hijo, que actualmente tiene 8 años.
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