¿Qué son los marcadores tumorales? Nos contesta el doctor Fabricio Racca, oncólogo médico de la Unidad de Tumores Genitourinarios y cáncer de mama del IOB Institute of Oncology en Barcelona.
¿Qué es un biomarcador?
Es una sustancia que nos permite medir, cuantificar o evaluar, a nivel de un líquido o un tejido, el estado y los cambios que se producen en un proceso biológico, ya sea relacionado con una enfermedad o no.
¿Qué es un marcador tumoral?
En el caso de los marcadores tumorales, generalmente se trata de proteínas o derivados de éstas que son producidas tanto por células cancerígenas o en respuesta a éstas, así como también por otras células que pueden no ser malignas, es decir, que pueden elevarse en otras situaciones que nada tienen que ver con un tumor maligno.
¿Qué información proporciona sobre la patología tumoral?
La interpretación de los marcadores tumorales se encuentra muy relacionada con la indicación de su solicitud, es decir, que no existe ningún marcador tumoral los suficientemente sensible y específico que nos permita realizar un diagnóstico de certeza, sino que en un entorno de alta sospecha de una enfermedad cancerígena se trata de un método complementario y orientativo junto a otras pruebas diagnósticas.
¿Se puede establecer un diagnóstico preciso teniendo esta información?
Como describía en la pregunta anterior, se trata de una herramienta más, que al igual que otros análisis de laboratorio y otros métodos complementarios. Si son interpretados en un contexto adecuado pueden darnos una información potencialmente relevante, pero nunca harán el diagnóstico de certeza.
¿Cómo ayuda al médico?
El criterio médico es fundamental para que tras una sospecha de una enfermedad tumoral y ante otros criterios clínicos, analíticos y/o estudios por imágenes, la interpretación del resultado de marcadores tumorales sea correcta. Citando a Claude Bernard para clarificar esta situación “el que no sabe lo que busca no comprende lo que encuentra”.
¿Cómo se realiza esta prueba?
Es una determinación analítica realizada en el laboratorio y que puede cuantificarse en sangre, tejidos tumorales u otros líquidos como derrame pleural o liquido ascítico.
¿En qué caso se pide este análisis?
Debemos solicitarlo cuando tenemos una sospecha de enfermedad potencialmente maligna y apoyada por otros métodos complementarios en esta enfermedad. Aunque en la práctica habitual de la oncología médica se suelen utilizar en determinados tipos de tumor, una vez que ya tenemos un diagnóstico de certeza y nos interesa conocer la evolución o respuesta en distintas situaciones, como tras un tratamiento quirúrgico o un tratamiento de quimioterapia.
¿Con qué frecuencia?
No existe una frecuencia pre-determinada, pero solemos realizarlos en forma concomitante con la petición de otras pruebas de evaluación de la enfermedad, como TAC, gammagrafías o resonancias magnéticas, dependiendo del tipo de tratamiento (cada 3 meses por ejemplo) o en pacientes en controles cada 6 meses si no hay indicios de enfermedad aparente.
¿Qué pasa cuando se detecta una anomalía o un cambio en los resultados?
Eso depende del contexto. En caso de que se encuentre elevado en un paciente con alta sospecha de un tumor deberíamos confirmar dicha enfermedad con una prueba de certeza, como es habitualmente, la obtención de muestra de tejido del tumor.
¿Es siempre sinónimo de empeoramiento de la enfermedad?
Claramente no. De hecho y a manera de ejemplo, en el caso del cáncer de ovario, el ‘CA125’ o el ´PSA´ en el cáncer de próstata, actualmente las guías terapéuticas internacionales no recomiendan realizar un cambio en un tratamiento solo basado en su elevación, si realmente no se correlaciona a un empeoramiento constatado de la enfermedad evidenciado por una tomografía computada, una resonancia magnética y/o el deterioro clínico de la paciente. El curso de estos marcadores, puede oscilar entre diferentes valores sin que esto se correlacione directamente con un empeoramiento de la enfermedad.
¿Los resultados son siempre fiables? ¿Solo con esta prueba se puede detectar un cáncer?
El caso del marcador tumoral conocido como antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés) es otro ejemplo, muy habitual por cierto. Puede estar asociado al cáncer de próstata. Cuando en un paciente varón la próstata está aumentada de tamaño por una causa benigna como la hiperplasia prostática, el ‘PSA’ se encuentra en muchas ocasiones elevado; esto es secundario al incremento en el volumen de las células de la próstata. Sin embargo esto no significa que el paciente tenga un cáncer de próstata. Otro ejemplo, es el del antígeno Carcinoembrionario (CEA). Puede estar elevado en el cáncer de colon, en el de mama o en el cáncer gástrico, pero muy frecuentemente también se eleva en pacientes fumadores que no estén enfermos de cáncer.
¿Un marcador tumoral es idéntico sea cuál sea el tipo de cáncer?
No todos los marcadores tumorales son iguales. No todos los tumores se relacionan con la expresión de marcadores tumorales. En caso de que un mismo marcador tumoral puede ser expresado en diferentes tipos de tumores, es fundamental que sean pedidos en un contexto de sospecha de una enfermedad determinada, con otros estudios que avalen este diagnóstico de presunción y que, por ende, su resultado sea constatado con una diagnóstico de certeza siempre. Por lo cual, y a manera de conclusión, no disponemos de ningún aval científico, para la solicitud de estos marcadores tumorales en un estudio de rutina en paciente asintomático y sin un grado razonable de sospecha.
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