Antes de la intervención, hemos de procurar descansar y compartir nuestras preocupaciones con las personas con quien tengamos más confianza. Hemos de hacer aquello que nos apetezca, no responsabilizarnos de la organización de la casa, ni de las tareas que quedaron sin hacer en el trabajo. Es nuestro bienestar y tranquilidad lo que realmente importa en estos momentos.
Actualmente, se utiliza la cirugía conservadora cuando las condiciones del propio tumor, su tamaño, el tipo o la relación entre su tamaño y el del pecho lo permitan. Por tanto, la técnica quirúrgica a llevar a cabo variará según el tipo de lesión y sus características, respetando la decisión de la propia mujer, una vez informada.
Algunas de las intervenciones más utilizadas son:
Cirugía conservadora: Se basa en la extirpación del tumor (tumorectomía) o de un cuadrante de la mama (cuadrantectomía) y de los ganglios axilares. En la actualidad se tiende a realizar este tipo de cirugía siempre que sea posible.
Hoy en día, siempre que proceda se hace uso de la técnica del ganglio centinela. Consiste en identificar el primer o primeros ganglios de drenaje linfático en la axila para extirparlos y realizar un análisis histológico. Si son negativos, es decir, no hay infiltración tumoral, se pueden conservar.
Mastectomía radical modificada: Se extirpan la glándula mamaria y los ganglios auxiliares pero se conservan los músculos pectorales.
Algunas mujeres tras la mastectomía en la que ha sido necesario extirpar el pecho, desean recuperar su imagen lo antes posible, pero no todas sentimos, ni reaccionamos de forma idéntica. Unas necesitamos volver a tener un pecho para encontrarnos conformes con nosotras mismas y para otras este no será un tema prioritario, ni urgente. Cada mujer ha de valorar con su cirujano/a si quiere reconstruir la mama y cuándo hacerlo, ya que dependiendo del tipo de cirugía podremos plantearnos la reconstrucción durante la misma, o bien, hacerlo cuando ya hayamos finalizado todos los tratamientos necesarios. Además, unas mujeres quieren la implantación de una prótesis y otras no, es un tema que cada una decidirá.
Al regresar a casa, conviene seguir las siguientes pautas:
- Evitar los esfuerzos innecesarios.
- Descansar.
- Vigilar que la herida cicatrice adecuadamente.
- No hacer movimientos que nos obliguen a levantar los brazos, no llevar peso.
- Evitar el frío o calor excesivos.
- No usar sujetadores ajustados, ya que no deben apretar ni los pechos ni los hombros.
- Por las noches, si tenemos el brazo hinchado mantenerlo ligeramente en alto.
Nos informarán sobre si es necesario o no, continuar el tratamiento con radioterapia, quimioterapia u hormonoterapia. Ya hemos pasado una fase importante, y es momento de afrontar y continuar para conseguir curarnos. Nuestro cuerpo, dependiendo del tipo de cirugía ha cambiado y nosotras también iremos aceptando la nueva imagen. El pecho juega para muchas de nosotras un papel importante en nuestra imagen. Por esto, al sufrimiento que nos produce este tipo de intervenciones ha de tenerse en cuenta que nos puede ocasionar otros tipo de malestar: la dificultad de reconocernos, aceptar las cicatrices o la pérdida de la mama.
También, vamos a ir redescubriéndonos porque la experiencia nos cambia, a nosotras y a los y las demás. Seguramente, habremos pasado por momentos en los que hemos podido recibir el apoyo firme de personas que nos quieren.
La reincoporación a la vida cotidiana se suele hacer de forma gradual, y dependerá de cómo nos encontremos y de la frecuencia de las consultas médicas. Podemos retomar, poco a poco, las actividades habituales. Cada mujer tiene un ritmo diferente.
* Información de «Cáncer Ginecológico y de Mama» de Concha Cifrián Ladislado, Oriana Ayala Ferrada, Pilar Martínez Ten y Teresa Tapia Aparicio, editado por el Instituto de la Mujer del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
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