Cáncer y alimentación saludable; prevención

En España, se estima que se diagnostican más de 200.000 casos nuevos de cáncer cada año. El hecho de que solo un 10% de estos casos sean debidos a alteraciones genéticas hereditarias, y el 90% a factores relacionados con el estilo de vida, las infecciones y el ambiente, proporciona una base científica para la prevención del cáncer.

Dentro de los factores relacionados con el estilo de vida, está ampliamente aceptado que la nutrición tiene un papel relevante, siendo la causa más importante de cáncer después del consumo de tabaco. Los tumores más frecuentes entre nuestra población son los cánceres de pulmón, mama, colon y recto, próstata y estómago, y todos ellos están potencialmente relacionados con la dieta. Se cree que un alto consumo de vegetales reduce el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, de estómago, y posiblemente también cáncer de pulmón, especialmente en personas fumadoras; mientras que el consumo elevado de frutas está asociado a su vez a una reducción del riesgo de tener cáncer de pulmón y de estómago. Además, existe una evidencia científica convincente de que el alto consumo de fibras alimentarias –provenientes de vegetales, frutas, cereales y legumbres–, así como  la ingesta elevada de productos  lácteos y de calcio, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de colon y recto. Mientras que el alto consumo de carnes rojas y procesadas aumenta el riesgo de estos tumores.

En la nutrición, el efecto de un patrón de consumo puede ser más importante que el efecto de los alimentos individuales. De hecho, la evidencia científica actual muestra que la dieta mediterránea reduce el riesgo de padecer cáncer, especialmente de estómago, mama, y colon y recto. El alcohol podría ser responsable de entre un 4 y un 6% de los casos de cáncer; existen datos científicos suficientes que demuestran que el alto consumo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de desarrollo de diversos tipos de cáncer: de la cavidad bucal, faringe, esófago (escamoso), colon y recto, hígado, mama, y seguramente también de estómago.

…una alta adhesión a un patrón tipo dieta mediterránea, está asociada a una reducción del riesgo de cáncer.

La obesidad, igualmente, tiene una importancia considerable en el desarrollo de la enfermedad: entre un 15 y un 20% de los casos de cáncer están causados por este factor. Así, los estudios demuestran que la obesidad aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, mama (en mujeres posmenopaúsicas), riñón, páncreas, endometrio y esófago. Y en poblaciones no desnutridas, con una alimentación relativamente equilibrada, el consumo de suplementos vitamínicos tampoco es beneficioso. Los que contienen beta-caroteno, vitamina A o vitamina E, pueden incluso aumentar el riesgo de mortalidad.

Esta evidencia científica acumulada hasta hoy prueba la relevancia de la nutrición en el desarrollo de los distintos tumores; aunque para muchas asociaciones todavía no hay conclusiones definitivas.

Existe, en cualquier caso, una base suficiente para promover una dieta más saludable, como la dieta mediterránea, desarrollar actividades físicas, y evitar el sobrepeso y la obesidad para reducir el riesgo de cáncer.