Fundación GRUPO IMOCon motivo del Día Mundial contra el Cáncer, la Fundación Grupo IMO ha lanzado una campaña dirigida a la concienciación la población sobre la importancia de mantener una vida activa frente al cáncer. Con el título “Actívate por el cáncer”, esta institución se hace eco en esta ocasión de un mensaje de prevención que debe calar aún más en la población en general como es el llevar una vida activa y evitar el sedentarismo. Una medida de prevención recogida en el Código Europeo Contra el Cáncer, y que la Fundación Grupo IMO quiere impulsar con esta campaña. A su vez el ejercicio físico ha demostrado reducir uno de los efectos secundarios más frecuente entre los pacientes y supervivientes de cáncer: el cansancio, que sufren ocho de cada diez enfermos oncológicos

Con el objetivo de ayudarles a mejorar una situación que provoca al paciente un deterioro importante de su calidad de vida, tanto desde el punto de vista físico como emocional, la Fundación Grupo IMO ha elaborado un decálogo con diez cuestiones básicas que vive diariamente el paciente y cómo puede enfrentarse a ellas. Las manifestaciones del cansancio más comunes son: debilidad muscular, astenia, disnea, somnolencia o deterioro cognitivo. Es el síntoma más influyente en calidad de vida de los pacientes, aumenta con la progresión de la enfermedad y puede persistir meses o años tras la finalización de los tratamientos oncológicos.

Factores derivados de la enfermedad, de los tratamientos oncológicos (cirugía, quimioterapia, radioterapia, etc.), la anemia, el dolor o trastornos psicológicos como: la ansiedad y la depresión influyen en la aparición de este efectos secundario. La Dra. María Ángeles Gajete, especialista en Oncología Médica del Grupo IMO, considera que “Pese a ser el síntoma más frecuente para el enfermo oncológico, también es el más infradiagnosticado. En su causa se ven involucrados múltiples factores que interrelacionan entre ellos, como son el tipo y estadio de tumor, el tipo y duración del tratamiento oncológico y/o las características y enfermedades del propio paciente. Todo ello, desencadena una cascada de respuestas orgánicas en las que se ven implicados nuestros sistema inmunitario, sistema neuroendocrino y sistema central, que finalmente dan lugar a la fatiga. Gracias al seguimiento de los pacientes, siempre valoramos la evolución clínica de dicha fatiga y se les indica en todos los casos el tratamiento farmacológico y no farmacológico más adecuado. Finalmente recalcar, que en ningún caso, estamos hablando de un síntoma que implique riesgo vital, por lo que siempre puede ser valorado de manera ambulatoria en las consultas por su oncólogo de referencia».

Para Ana Sanz, psico-oncóloga de la Fundación Grupo IMO, “los factores psicológicos como los problemas del sueño, la ansiedad o el bajo estado de ánimo juegan un papel muy importante en el mantenimiento de la fatiga en pacientes con cáncer, incluso pueden llegar a confundirse. Así, el cansancio que pueden experimentar suelen conllevar un abandono de actividades, a veces aislamiento social y por tanto malestar emocional”. En consulta es la fatiga es una de las manifestaciones más frecuentes y que más preocupa a los pacientes, que puede asociarse con una importante sensación de frustración y con apatía. Una cifra a considerar es que entre el 33 y 40 % de los pacientes creen incluso que no se aborda debidamente su problema de cansancio o fatiga, lo que indica que es necesario realizar una adecuada valoración de la misma y un abordaje multidisciplinar. Dentro de los factores emocionales podemos hablar incluso de una relación entre las expectativas de los pacientes y la fatiga. Así, los pacientes que tienen esperanzas sólidas de mejorar y curarse presentan menos fatiga o cansancio.(Fatiga, expectativas y calidad de vida en cáncer. Antonio Font, Eva Rodriguez y Valerie Buscemi. 2004.Revista de Psico-oncología).

“La ansiedad –comenta Ana Sanz- es una de las variables psicológicas que menos se ha estudiado en este ámbito, aunque actualmente sabemos que unos elevados niveles de ansiedad mantenidos en el tiempo, frecuente en más del 25% de los pacientes con cáncer, pueden suponer un gasto energético que impacte de forma negativa en el cansancio, potenciando la sensación de fatiga en estos pacientes”.

Para Natacha Bolaños, especialista en rehabilitación oncológica de la GEPAC y ponente junto al resto de profesionales de una de las mesas informativas que ha organizado la Fundación Grupo IMO, “los mecanismos de la fatiga asociada al cáncer involucran factores relacionados con la condición física, como la disminución del transporte de oxígeno a los músculos, la atrofia y la pérdida de masa muscular, la alteración del metabolismo aeróbico, la disminución de la condición cardiovascular, cambios en el equilibrio hormonal, la ansiedad, etc. Los ensayos clínicos han evidenciado una influencia positiva del ejercicio físico frente al cansancio, reduciéndolo un 35% y mejorando en un 30% la vitalidad en pacientes con cáncer”.

Para ello, Natacha apunta que lo ideal es realizar una combinación de ejercicios de resistencia y fortalecimiento. “El objetivo es recuperar la masa muscular, la fuerza y ejercicio aeróbico para el tránsito del oxígeno a los músculos y el sistema cardiovascular, además de estiramientos combinados con técnicas de relajación y desarrollo de la propiocepción. Esto último disminuye la ansiedad que también juega un papel relevante en la fatiga”. Pero advierte “no es lo mismo ejercicio físico que actividad física. Es recomendable guiarse por  un profesional. Lo difícil es comenzar, y la hoja de ruta para cada paciente debe tomar en cuenta su condición física, edad, otras enfermedades concomitantes (diabetes, cardiopatías, neuropatías), si se está en tratamiento o no, cirugías, etc. Las pautas son claras: llegar a alcanzar los 150 minutos de ejercicio físico moderado y 75 minutos de ejercicio vigoroso semanal”

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta