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En el año 2012 se diagnosticaron en España 1.100 casos de cáncer ginecológico y, de ellos, el 70% estaban localizados en el útero. Los tumores femeninos más frecuentes son, en primer lugar, el de mama; en tercero, el de cuerpo de útero (endometrio); y el de ovario, en quinto. “El cáncer ginecológico sigue representando un problema clínico que aún no está bien resuelto”, apunta el Prof. Pedro Lara, vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y jefe de Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Dr. Negrín de Las Palmas, en el marco del EORTC (European Organization for Research and Treatment of Cancer) Gynecology Meeting celebrado en esa ciudad.

En esta línea, el Prof. Lara comenta que “la investigación en esta patología necesita incrementar la evaluación de nuevos tratamientos, principalmente el que se conoce como ‘terapias dirigidas’ y que está basado en los análisis moleculares de los tumores”. Según los expertos, este tratamiento, que ya se emplea de forma regular en tumores de mama, pulmón o melanomas, no ha sido suficientemente explorado en cáncer de útero.

Durante la reunión, más de 50 profesionales de centros oncológicos y grupos de investigación europeos han analizado los resultados de los ensayos clínicos ya en marcha y se han planteado otros nuevos, especialmente sobre cáncer de cuello y cuerpo uterino.

Individualización del tratamiento

Una de las ideas que más han repetido los expertos es la importancia de los tratamientos individualizados. El Prof. Lara apunta que, “tanto es así, que la mayoría de los ensayos propuestos para desarrollar están relacionados con la individualización del tratamiento mediante dianas moleculares”.

Otra de las conclusiones que se desprenden del Gynecology Meeting es la necesidad de potenciar el sistema inmune mediante vacunas. “De esta manera –comenta el experto-, ayudamos a que nuestro propio organismo colabore en la destrucción de la enfermedad, lo que facilita la curación del paciente” asegura el Prof. Lara.

Asimismo, los oncólogos allí reunidos han destacado que la investigación en tumores ginecológicos pasa por la completa integración de distintas armas terapéuticas. El profesor Lara comenta que “además del control de la enfermedad con medidas de carácter local, es necesario evitar que el tumor reaparezca en zonas distantes del organismo. Por eso, resulta necesario asociar a las medidas locales tratamientos sistémicos que prevengan la metástasis”. Las terapias dirigidas y la inmunoterapia podrían tener un relevante papel en esa situación.

“En el caso de los cánceres de útero, se necesita un tratamiento local y regional que viene dado por la cirugía y los tratamientos más avanzados de braquiterapia guiada por imagen. Además, el uso de quimioterapia potencia ese excelente resultado de la radioterapia”, explica el especialista.

El Grupo de Tumores Ginecológicos la EORTC, uno de los más activos

La EORTC (European Organization for Research and Treatment of Cancer) es una organización europea de profesionales relacionados con el cáncer que desarrolla programas de investigación clínica y traslacional para mejorar las posibilidades de curación de esta enfermedad. Con sede central en Bruselas, es un foro de investigación multidisciplinar donde están representadas todas las especialidades médicas relacionadas con el diagnóstico y tratamiento del cáncer. De los diversos grupos que la conforman, el Grupo de Tumores Ginecológicos es uno de los más activos.

España apuesta por el tratamiento multidisciplinar

“Cada día existe una mayor y mejor especialización de equipos médicos dedicados al cáncer ginecológico en nuestro país. De hecho, los grandes hospitales españoles cuentan con unidades multidisciplinares de Ginecólogos Oncológicos, Oncólogos Radioterápicos, Oncólogos Médicos, Patólogos y Radiólogos, especialmente dedicados a esta patología concreta, lo que mejora significativamente los resultados”, asegura el Prof. Lara.

Por otro lado, comenta que, actualmente, el principal problema reside en el déficit de equipos de radioterapia adecuados que utilicen técnicas modernas. “Muchos centros no disponen de aceleradores que permitan administrar la radiación con técnicas más eficaces y menos tóxicas, como la radioterapia de Intensidad Modulada (IMRT); o no pueden administrar tratamientos precisos de braquiterapia”, explica el experto. 

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