Una enfermera (y enfermero) es una figura fundamental tanto para el paciente como para el propio médico. El 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Enfermería, y podríamos hacer una ola magistral a estas personas que en su mayoría se dedican cuerpo y alma a cuidar de todos nosotros.

Componen más del 50 % del personal sanitario y su trabajo es mucho más que el de proporcionar tratamientos. En oncología, su papel es crucial. Apoyan al paciente, están cuando no hay nadie y, a menudo, gracias a su cariño, permiten atravesar momentos dolorosos. Carmen Vázquez, directora de Enfermería de MD Anderson Cancer Center Madrid, lo explica muy bien: “Somos el equipo que más tiempo pasamos con los enfermos, somos capaces de detectar necesidades que incluso a los médicos se les pueden escapar y, además, ayudamos educando a los pacientes sobre su patología, los tratamientos que está recibiendo y sobre la necesidad de que se impliquen activamente en todo el proceso oncológico para aliviar al máximo la carga de la enfermedad”.

Sin embargo, su tarea no siempre es fácil porque no siempre tienen el reconocimiento que se merecen, pese a que los pacientes con los que trabajan sí valoran en gran medida sus conocimientos y dedicación. “Dentro de la medicina, en los últimos años, la especialidad de oncología está desbordada por los grandes avances que continuamente se dan en el abordaje del cáncer. Por eso, como personal de enfermería también debemos estar en constante actualización y hacer un esfuerzo especial para lograr un tratamiento integral de nuestros pacientes, no solo centrado en su enfermedad, sino también en atender sus necesidades biopsicosociales”, advierte Vázquez.

Si una formación continúa es imprescindible para los médicos, también lo es para la enfermera (o) para que esté en todo momento al día.

Carmen Vázquez estructura la labor con el paciente en cuatro funciones claves. En el plano asistencial, que va desde el diagnóstico, la prevención y el tratamiento hasta los cuidados paliativos: “la enfermera ofrece los conocimientos y habilidades necesarios para obtener el mejor resultado de salud y bienestar en el paciente y a su vez potenciar el autocuidado”.

En el plano docente, dirigido especialmente al paciente, “se realiza un apoyo educativo continuo con el objetivo de que conozca el desarrollo de su enfermedad, esté informado de las actuaciones diagnósticas y terapéuticas a las que será sometido y aprenda a controlar y manejar los síntomas y efectos adversos que se derivan de algunos tratamientos”, indica Vázquez.

En cuanto al plano de la investigación, Vázquez reconoce que cada vez es más alta la participación de la Enfermería en ensayos clínicos: “cada día hay más trabajos sobre enfermería oncológica y todo lo relativo a nuestro desempeño”.

Por último, en el plano humano, “el apoyo adecuado de todo el equipo multidisciplinar, entre médicos y enfermería, disminuye en gran medida la ansiedad del paciente, dedicándole el tiempo necesario en los momentos de estrés”, detalla la especialista de MD Anderson Madrid.

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