cuidar-la-piel-a-los-302La piel puede perder su estado natural de hidratación tras ser agredida, bien por daño directo, como el que causa la radioterapia, o por mecanismos indirectos, como sucede con la quimioterapia. La barrera cutánea pierde su integridad y se modifican sus componentes, cuya función es formar una especie de escudo de protección natural contra la deshidratación y que son claves para mantener una piel sana e hidratada. Las consecuencias de esos cambios se manifiestan en un cutis apagado, rugoso y sin brillo que, en casos de sequedad extrema, puede presentar fisuras y placas de eczema (lesiones enrojecidas acompañadas de intenso picos que empiezan en una zona y posteriormente se generalizan a otras partes del cuerpo).

Una de las medidas que más te ayudará a controlar el picor y la sequedad es el uso de jabones que no dañen el pH de tu piel. El pH es el nivel de acidez, que varía de una zona del cuerpo a otra. Por ejemplo, la de las axilas y la piel de entre los dedos tienen un pH ligeramente inferior a la del resto del cuerpo. En general, el pH de la piel es ácido y se sitúa aproximadamente en 5,5. Utilizar jabones que lo respeten te ayudará a mantener la tez hidratada. Son aconsejables los geles de tipo synder, que son aquellos que tienen un pH adecuado y son suaves y bien tolerados. Toma duchas cortas, con agua tibia, y aplícate cremas hidratantes inmediatamente después. Otra alternativa es elegir cremas que, además de hidratar, regeneren la barrera cutánea de la piel.

Cuando el picor es más molesto, una buena opción son las cremas que contienen sustancias calmantes, como calamina, polidocanol, mentol, etc. Si el picor persiste, tal vez sea necesario recurrir a los antihistamínicos con efecto sedante hasta que desaparezca; estos productos han de usarse siempre bajo la prescripción y supervisión de un dermatólogo.

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