Nuestra salud depende en buena medida de la alimentación que llevemos a lo largo de nuestra vida. De hecho, “una alimentación incorrecta contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, etc., incluso favorece la aparición de algunos tumores”, explica la Dra. Pilar García Durruti, jefa de servicio de Endocrinología de HM Universitario Montepríncipe y HM Universitario Torrelodones.

Una dieta sana es aquella formada por alimentos que aportan una cantidad adecuada de todos y cada uno de los nutrientes que necesitamos para tener una salud óptima. Es decir, debe ser variada, ya que no existe ningún alimento que tenga todos los nutrientes en la cantidad necesaria. Y sobre todo, debe contener productos frescos y de temporada. “No hay que fiarse de las dietas que prescinden de algún alimento”, señala la experta, e insiste en que “hay que huir de los alimentos preparados, porque proceden de una cadena alimenticia larga, con mayor manipulación, tienen mayor cantidad de sal e incorporan aditivos”. 

La Dra. García Durruti aconseja tomar:

-A diario: pan y cereales, incluyendo pasta y arroz. Frutas, verduras y hortalizas. Legumbres y frutos secos. Productos lácteos y aceite de oliva. Las legumbres, patatas, arroz, pan, pasta y otros derivados de los cereales contienen fundamentalmente carbohidratos, pero también aportan proteínas, minerales, vitaminas de complejo B y fibra. Deben constituir el 56-60% de nuestra dieta.

“Una buenísima combinación son las legumbres con cereales porque se complementan sus proteínas. Los cocidos en los que se combinan legumbres, hortalizas y verduras son muy recomendables siempre que no se añada tocino y se usen con moderación los derivados cárnicos y el aceite”, aconseja la especialista.

Las hortalizas y frutas frescas son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo y nos protegen de muchas enfermedades. Además, nos aportan vitaminas, fibra, minerales y sustancias anti oxidantes. 

-Algunas veces por semana: pescado, aves y huevos. Aportan proteínas de alta calidad, grasas, vitaminas y minerales.

-Unas cuantas veces al mes: carne roja magra. Tiene colesterol y su exceso favorece las enfermedades cardiovasculares.

-Consumo ocasional: mantequilla, margarina, manteca, tocino, mayonesa, quesos grasos, mariscos, embutidos, vísceras, bollería, dulces y refrescos. 

Para preparan los alimentos, la Dra. García Durruti aconseja no prolongar innecesariamente el tiempo de cocinado e insiste en que “debemos calentar solo la cantidad de alimento que se vaya a consumir para evitar los recalentamientos”. La cocción, la plancha y el asado son tres formas saludables de cocinar nuestros alimentos.

 

 

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