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Hoy en día, “cáncer” es una palabra frecuente en las conversaciones; sin embargo, no todo el mundo sabe exactamente qué es ¿Nos podría explicar qué es el realmente el cáncer? ¿Podríamos decir que un funcionamiento defectuoso de las células?

La palabra cáncer, en realidad, engloba a un grupo amplio de unas 300 enfermedades que tienen en común el desarrollo de células anormales que se dividen sin límite y crecen sin control en distintos tejidos del organismo. Estas células tienen dos propiedades excepcionales: en primer lugar no obedecen a los mecanismos de inhibición del crecimiento en su extensión local (es decir, que invaden y se infiltran a su alrededor) y en segundo lugar son capaces de viajar a distancia desde donde se formaron, creando nuevos núcleos de crecimiento en otros órganos y tejidos (son migrantes y viables en entornos biológicamente nuevos). Estas dos propiedades excepcionales (invadir y migrar) se asocian en el tiempo a otra característica increíble de adaptación: son capaces de aprender a desarrollar resistencia a tratamientos físicos (cirugía y radioterapia) o bioquímicos (farmacológicos). No son, por tanto, “células locas”, sino células muy hábiles.

¿Cuáles son sus causas principales, qué provoca el cáncer?

Actualmente consideramos que existe una combinación de factores que inciden en la aparición del cáncer. De una parte existen factores de predisposición genética, si bien se considera que en la inmensa mayoría de los casos el cáncer se origina a partir de determinados factores externos o ambientales, como la exposición al tabaco, el alcohol o las radiaciones solares; y la existencia de hábitos poco saludables como la obesidad o las dietas pobres en frutas y verduras, que actúan como promotores del cambio biológico.

 ¿Cuáles son los factores principales que originan esta enfermedad? ¿Hay algunos que sean comunes a sus diferentes vertientes?

Como decía antes existe una serie de factores relacionados con el envejecimiento, el estilo de vida y hábitos tóxicos muy directamente vinculados con la aparición del cáncer. El más importante de todos ellos es el tabaco, común a diversos tipos de cáncer humano.

¿Qué criterios siguen los médicos para establecer un diagnóstico determinado?

En primer lugar el médico valora los síntomas y signos de sospecha en la anamnesis (interrogación clínica) y la exploración física. Después se seleccionan pruebas analíticas (sangre, orina), de imagen (PET-TAC) y de estudio de tejidos (citología, biopsia) para confirmar el diagnóstico.

¿Cómo y por qué se elige un tratamiento u otro? ¿Cuáles son los principales elementos de decisión?

En el ámbito de la oncología moderna, y gracias al avance de la medicina celular, molecular y la bioimagen, resulta clave la personalización del diagnóstico y tratamiento. Se trata de hacerle al paciente un traje a medida para combatir su enfermedad, de forma que la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia se combinan de forma óptima para cada caso. Los elementos que influyen a la hora de elaborar este ‘traje a medida’ son el tipo de cáncer que padece el paciente, su edad, su condición física, el estadío en el que ha sido diagnosticada la enfermedad, su perfil genético y molecular, los antecedentes familiares, etcétera. Es una estrategia apoyada en la interpretación integral de muchos datos, pero adaptada al riesgo individual.

¿Cuáles son los indicadores principales en los que se basan para determinar cuándo la vida del paciente corre riesgo? ¿Cómo saben si un cáncer es grave o no?

En oncología, como en el resto de la medicina, cuanto antes se diagnostica mejor suele ser el pronóstico. Por ello se aconseja a la población en riesgo oncológico aumentado (ya sea por edad o por antecedentes familiares) realizarse los controles preventivos pertinentes, ya que si detectamos un cáncer en sus primeras fases de desarrollo es mucho más fácil conseguir, primero, un control de la enfermedad con secuelas mínimas, y segundo, la curación. La gravedad del cáncer depende de la fase de desarrollo del tumor al diagnóstico, del tipo de cáncer específico (no es equivalente un cáncer de próstata o mama que un tumor digestivo o cerebral) y de las condiciones del paciente, entre otras causas.

Algunas personas creen todavía que el cáncer es una enfermedad contagiosa ¿qué podemos decirles para aclararles que esto no es así?

Sabemos que hay determinados virus relacionados con la aparición del cáncer, como por ejemplo el virus del papiloma humano (VPH), pero el cáncer como tal no es una enfermedad contagiosa de persona a persona, esto debe quedar muy claro. Es decir, no se contagia la biología del cáncer; se contagian los estilos de vida y los hábitos tóxicos que le favorecen. Por ello es importante que las autoridades sanitarias y las sociedades científicas sigan realizando labores de concienciación e información a la sociedad sobre el cáncer.

El estrés, producido por motivos familiares o profesionales, está presente en la vida de la mayoría de la gente. ¿Se puede afirmar que es uno de los principales causantes del cáncer?

Se ha especulado en los últimos años el mundo de la cultura social y sanitaria con una supuesta relación entre estrés y cáncer. Falta soporte académico para hablar de una relación directa de causa-efecto, pero sí es cierto que el estrés puede estar detrás de patologías que a su vez pueden tener una vinculación con el cáncer a través del compromiso del sistema inmune.

¿Qué puede hacer que un paciente sufra una recaída? ¿Hay algunas pautas que reduzcan esta posibilidad?

Lo mejor para evitar una recaída es, por una parte, ser disciplinado con los tratamientos prescritos y pactados con el médico; conocer, asumir y anticiparse a los problemas que pueden surgir en forma de efectos secundarios; y corregir definitivamente los hábitos poco saludables con incidencia directa en la aparición del cáncer, como fumar.

¿Es posible curarse? ¿Cuándo podemos decir que un paciente ha superado la enfermedad completamente?

Claro. Se curan muchas personas; socialmente es una realidad muy evidente. Actualmente más del 50% de los pacientes que reciben un diagnóstico de cáncer se curan, y del resto una parte importante sigue conviviendo con el tumor controlado de forma prolongada, ya que se está cronificando la enfermedad, y con una calidad de vida aceptable. Para los especialistas un paciente se considera curado cuando lleva más de cinco años libre de enfermedad oncológica activa, aunque existen excepciones a esta norma.