Nos gustaría que nos explicara cuándo se utiliza la radioterapia: en qué casos se aplica; en qué fase de la enfermedad; con qué tipo de pacientes.

El 60% de los pacientes a los que se les diagnostica cáncer recibirán radioterapia en algún momento de la evolución de la enfermedad. A veces, este tratamiento tiene una intención radical; otras, paliativa. En la mayoría de los casos, puede combinarse con la quimioterapia, permitiendo obtener mayores éxitos terapéuticos.

¿En qué consiste exactamente la radioterapia? ¿Cómo es una sesión para el paciente?

Las células tumorales tienen una característica que las diferencia de las células normales: se dividen con más rapidez. Esta propiedad permite que puedan ser eliminadas al someterlas a campos de radiación ionizante, lo que coloquialmente se conoce como radioterapia. La radiación elimina primero las células que se encuentran en división activa (como son las células tumorales), pero no funciona tan bien con células que se encuentran en etapa de reposo (como pueden ser las células sanas).

La radioterapia es un procedimiento complejo que comienza con la preparación del tratamiento que llamamos simulación, en el que se toman imágenes de los pacientes para localizar el sitio exacto en el que se encuentra el tumor y los órganos adyacentes sanos. Una vez tomada esta imagen, diseñamos tratamientos a medida como si de un traje de alta costura se tratara. Para conseguirlo, habitualmente se realiza una tomografía computarizada para observar dónde se encuentran  las zonas afectadas; y tras esta prueba, se diseña un tratamiento que pretende radiar la lesión al máximo sin afectar a las zonas sanas adyacentes. Para que la radiación llegue al lugar adecuado, es fundamental que el paciente no se mueva nada cuando se encuentra en la mesa del acelerador.

¿Diría que es un tratamiento doloroso?

Las radiaciones ionizantes no duelen, y tampoco dan calor ni calambres; el paciente no nota nada especial. Lo más incómodo puede ser la necesidad de estar totalmente quieto durante las sesiones, pero la inmovilidad es necesaria porque el tratamiento se planifica milimétricamente para que afecte  al tumor de forma precisa sin afectar a zonas sanas. La mayor precisión en la aplicación de la radiación permite realizar hipofraccionamiento: consiste en realizar terapias en menos sesiones, en las que se puede radiar con más intensidad y seguridad, aumentando la efectividad y la comodidad para el paciente.

¿Qué duración tiene un tratamiento de radioterapia, cuántas sesiones hacen falta normalmente?

En concreto, un tratamiento de radioterapia de intensidad modulada o IMRT se suele dividir en 20 sesiones, cada una con una duración aproximada de 20 minutos. Con la nueva tecnología True Beam (haz verdadero) los tratamientos se pueden reducir en número de sesiones y en tiempo porque aumenta la precisión de la radiación.

¿Qué efectos secundarios tiene la radioterapia a corto y largo plazo? ¿Se pueden paliar estos efectos de alguna manera?

Los efectos son siempre locales, y están determinados principalmente por la localización del tratamiento. De forma general, la radioterapia da cansancio e inflamación local, pero a veces aparece fibrosis o endurecimiento de la región afectada.

Este tratamiento, ¿tiene efectos radiactivos sobre el paciente? ¿Podríamos decir que la persona se convierte en “radiactiva”?

No, el paciente no emite radioactividad, de hecho puede realizar una vida normal con niños y embarazadas; no es necesario realizar ninguna clase de aislamiento.

¿Qué grado de éxito tiene la radioterapia en el cáncer de mama?

La radioterapia en el cáncer de mama tiene una indicación estándar, tanto en los casos en los que las pacientes están mastectomizadas como en los que se ha realizado una opción conservadora; en estos últimos, la radioterapia se utiliza para reducir el riesgo de recurrencia de la enfermedad. La recurrencia en pacientes tratadas sin radioterapia es del 30%, un porcentaje que baja a menos del 10% si las pacientes han sido tratadas con radioterapia.