Reconstrucción mamaria tras un cáncer: volver a empezar Foto: Suhyeon Choi (Unsplash)

En el caso de la paciente con cáncer de mama, el cambio físico tiene importantes implicaciones simbólicas en relación a la vida social, emocional y sexual. Esto da lugar a un conflicto emocional respecto a la imagen corporal y de una misma. Nos recuerda todos los días las consecuencias del tratamiento oncológico y una experiencia vivida nada agradable.

Tras el diagnóstico 

Una vez superado el primer bache del diagnóstico, y de cara a volver a la «normalidad» con una actitud más positiva, la recuperación de la autoestima es muy importante para las pacientes. Afortunadamente, el aspecto emocional y psicológico de los pacientes está cobrando cada vez más importancia como parte de una recuperación integral y así lo tienen en cuenta los profesionales sanitarios. 

Reconstrucción mamaria 

Las pacientes que así lo deciden, emprenden un viaje hacia una reconstrucción mamaria con el fin de intentar recuperar su imagen previa a la enfermedad. Muchos cirujanos, conscientes de que las secuelas de la cirugía suelen afectar de manera importante la percepción de la imagen corporal de la mujer, en sus relaciones sociales y de pareja, les plantean la posibilidad de la dermopigmentación de areolas tras una reconstrucción quirúrgica para terminar de completar este proceso. 

Dermopigmentación… 

Es recomendable que esta decisión, que va más allá de una cicatriz a nivel estético, vaya acompañada de un proceso de apoyo psicológico individual y un trabajo con la pareja, con el fin de desarrollar y fortalecer la autoestima de la paciente.

…más que un pequeño detalle

Para muchas pacientes, se trata de un antes y un después de la enfermedad, ya que gracias a este pequeño detalle, que para muchos puede parecer insignificante, se reconocen como la mujer que eran antes del cáncer. Según la experiencia de Mª Dolores Pérez, presidenta de AMEPO (Asociación de Micropigmentación Estética, Paramédica y Oncológica) “a lo largo de mi trayectoria profesional he sido testigo a diario de cómo esta técnica supone un gran aliciente para ellas tras el fuerte impacto físico y emocional de un proceso oncológico”.

Convertir una técnica en una realizad para todas 

Desde AMEPO, abogan porque esta técnica se convierta en una realidad en la práctica clínica de los hospitales españoles, ya que el retorno emocional que conlleva esta técnica en este tipo de pacientes es incalculable en proporción a la reducida inversión requerida para formación de personal y adquisición de instrumental y material. “La ilusión y el positivismo con el que las pacientes se miran por primera vez al espejo tras la sesión de dermopigmentación es muy emocionante y, sin duda, un empujón enorme para volver a mirarse a si mismas como antes. Y esto sí que no tiene precio”.

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