Recuperar la fertilidad mediante ovarios artificiales Foto: Nynne Schrøder on Unsplash

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, en España se diagnostican al año 1.000 nuevos casos de cáncer en menores de 14 años y, aunque los avances terapéuticos y diagnósticos han logrado que el 75 % de los tumores infantiles sean curables, las terapias que reciben en esas edades pueden provocar algunas secuelas importantes a largo plazo.

Posibilidad de infertilidad en jóvenes

De hecho, el 25 % de los niños y de los adultos que han recibido tratamiento contra el cáncer pueden sufrir infertilidad. Se calcula, por ejemplo, que un 42 % de las mujeres jóvenes que han recibido quimioterapia y/o radioterapia tienen problemas de la función ovárica antes de cumplir los 30 años.

Preservación de la fertilidad 

El rango de edad del programa de preservación de la fertilidad en mujeres que se van a someter a terapias contra el cáncer se sitúa entre los 11 y los 39 años; depende de cuando hayan comenzado con el tratamiento, pero la edad media es de 32 años para las que tienen un cáncer de mama, y de 24 en la enfermedad de Hodgkin, aunque el impacto en la fertilidad depende tanto del tipo de tratamiento que han recibido como del potencial reproductivo de la paciente antes de que comience el tratamiento contra el cáncer; es decir, la edad de las mujeres y el número de óvulos que tengan en los ovarios.

¿Qué tratamientos existen?

Actualmente en nuestro país existen diferentes tratamientos para preservar la fertilidad. En la mujer se consigue mediante la preservación de ovocitos o directamente de embriones ya fecundados. Esta técnica consiste en congelarlos e implantarlos mediante fecundación in vitro una vez han finalizado los tratamientos contra el cáncer. Otra opción es la extirpación de tejido ovárico antes del inicio del tratamiento y la reinserción del mismo después. Sin embargo, este método suele usarse con poca frecuencia en mujeres con leucemia o cáncer de ovario por el latente riesgo de que existan células cancerosas en el tejido reimplantado, lo que puede hacer que este vuelva a diseminarse por el cuerpo. 

Ovarios artificiales 

Por ello en el laboratorio de Biología Reproductiva de la Clínica de Fertilidad del Hospital Rigshospitalet de Copenhague están intentando desarrollar ovarios artificiales que nos permitan evitar el riesgo de que vuelva a aparecer el cáncer. Así, el equipo danés ha logrado desarrollar una especie de contenedor que puede preservar las células ováricas en sus formas más tempranas y han logrado también el desarrollo de folículos ováricos in vitro. Estos son unidades morfofuncionales del ovario que, a la vez, hacen de contenedor para los ovocitos, algo que hasta ahora era muy difícil de conseguir.

Uso de la descelularización 

Como cuenta la investigadora del estudio, Susanne Elisabeth Pors, para este ensayo contaron con tejido humano donado para la investigación, que descelularización. La descelularización es un proceso que se usa en biomedicina y que consiste en aislar la matriz extracelular de un tejido de las células que lo habitan, dejando lo que se denomina un andamio del tejido original, una especie de soporte que puede ser luego utilizado en órganos artificiales. Después de este proceso investigaron, con resultados positivos, si en este andamio se podrían desarrollar células y folículos ováricos humanos, tanto in vitro como in vivo, ya que los folículos ováricos humanos con ovocitos son muy difíciles de cultivar y madurar fuera del cuerpo. 

Eliminar el riesgo de reparación de células malignas 

“Hacer que esto funcione es ya un gran logro, porque se eliminaría el riesgo de reaparición de células malignas en pacientes con cáncer que han sido sometidas a un trasplante de tejido ovárico crioconservado para restaurar su fertilidad. Ahora hemos dado los primeros pasos importantes hacia la construcción de un ovario libre de cáncer, pero tenemos muchos más estudios que hacer.

Prueba de concepto

Esto es una prueba de concepto que muestra que los óvulos humanos pueden sobrevivir en un andamio recién construido, pero me imagino que pasarán de 5 a 10 años antes de que esto sea probado en mujeres, ya que se necesitan más estudios para aumentar la recuperación y la supervivencia de los folículos reimplantados”, concluye Pors. La técnica, en el caso de que finalmente se pudiera probar en mujeres, estaría dividida en varias fases. Primero el cirujano quitaría uno de los ovarios de la paciente que va a pasar por quimioterapia y trasladaría sus folículos a un ovario artificial. A continuación, una vez que el cáncer haya sido eliminado, el ovario artificial sería trasplantado y comenzaría a funcionar dentro de la paciente de forma normal.

Investigaciones en nuestro país

En España, el doctor César Díaz-García, también desarrolló un estudio parecido cuando trabajaba en el Hospital de La Fe de Valencia. “Básicamente, se sacaron los folículos, que son las estructuras que contienen los óvulos, del ovario original que potencialmente puede estar infiltrado con células cancerosas, y posteriormente se introdujeron en otro ovario artificial, consistente en una matriz creada a partir de un ovario al que se le han retirado todas las células. Sería como utilizar un sistema de andamiaje para poder mantener vivos aquellos folículos que se sacaron de los ovarios de las pacientes”, explica.

Biorreactor natural 

Estos ovarios artificiales se testaron en animales, llegándose a conseguir óvulos viables lo que abrió una puerta para seguir investigando, pero no aún en mujeres. Por ello, actualmente el doctor Díaz-García trabaja en el centro del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) de Londres, donde continúa investigando en un proyecto parecido al danés, pero utilizando un biorreactor natural que consiste en un modelo de soporte in vivo para el tejido que está en riesgo, de forma que los folículos puedan sobrevivir fuera del cuerpo de la paciente sin necesidad de alterar el tejido del mismo. “Es un modelo que se basa en poder madurar los óvulos ex vivo, es decir, fuera del cuerpo de la paciente, para así poder evitar el riesgo de transmisión de células malignas, en caso de pacientes con enfermedades neoplásicas, como en el estudio danés”, afirma el doctor.

Esperamos que estas técnicas puedan finalmente ser utilizadas en mujeres, ya que de ellas no solo se beneficiarían pacientes oncológicas, sino todas aquellas mujeres que, por otras causas, tengan disfunciones en los ovarios y deseen ser madres.

 

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