Cuando dudas rima con urnas: el cáncer en nuestra sociedad

Se acerca el 28 de abril y todavía ando con dudas. ¿Rojos, azules, naranjas o lilas? A veces pienso que todos son iguales. Sobre todo si en sus programas electorales no contemplan algo tan importante como la Sanidad. Es entonces cuando pienso que nadie se mete en la piel de nadie. Que si tú no lo vives en primera persona, empatizas pero hasta cierto punto.

¿Ninguno de nuestros políticos ha vivido de cerca esta enfermedad? ¿Ninguno de ellos ha tenido que sostener la mano de alguien que iba a recibir el peor de los diagnósticos? ¿Alguno ha visto llorar de rabia e importancia a un ser querido por haber sido «agraciado» con esta lotería? ¿Alguno ha visto cómo cada vez están más repletas las salas de los hospitales oncológicos?

No quiero promesas. No quiero «me votas y yo te daré». No. Me gustaría ver cómo podemos hacer un click en una casilla de la renta para la investigación contra el cáncer. Porque la iglesia ya tiene un buen caudal de dinero. Y ya nos acogeremos a la fe (aquellos que somos ateos) cuando la enfermedad nos cuente los días de vida. Por eso que no sufran. Quiero un partido que apoye a las nuevas generaciones de investigadores que luchan por hallar la cura. Quiero unos políticos que llenen sobres pero para financiar nuevos ensayos, nuevos tratamientos…. Quiero que el que gobierne le mueva el sentido común y entienda que recortando en Sanidad estamos recortando vidas.

Vota. Tú que puedes decidir. Porque así tendrás derecho a quejarte o a celebrar. No lamentes decisiones de una política deshumanizada. Más que nunca, tu salud se juega en el voto. El día 28 visita las urnas.