El cáncer de mama en el hombre es una enfermedad relativamente rara. Por cada 100 mujeres con cáncer de mama hay un hombre con la misma patología. O lo que es lo mismo, en Europa Occidental la incidencia es de un caso por cada 100.000 varones. Igual que en el cáncer de mama femenino, la incidencia en varones ha ido aumentando paulatinamente en los últimos años, hasta un 25 % en el último cuarto de siglo. “El cáncer de mama en el hombre es una enfermedad rara, pero sucede, por eso es importante que haya una concienciación social sobre esta enfermedad. Ante la aparición de una anomalía es importante consultar con el médico, y también será muy importante que los médicos de atención primaria sean conscientes de la posibilidad de que aparezca la enfermedad; así conseguiremos evitar los retrasos que nos encontramos frecuentemente”, dice el doctor Miguel Ángel Seguí, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), oncólogo médico del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell y miembro de la Junta Directiva del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM).

La edad media de un hombre diagnosticado de cáncer de mama es de 67 años, cinco años más que en el caso de las mujeres, pero eso no quiere decir que no puedan aparecer casos en edades más tempranas, a partir de los 40 – 45 años o en edades mucho más avanzadas. Según el portavoz de la SEOM, “probablemente, no debemos pensar que el cáncer de mama en el hombre es exactamente la misma enfermedad que en la mujer; hay diferencias en la genética, la biología y el pronóstico de la enfermedad, por lo que es muy importante que profundicemos en su investigación. Y por su baja frecuencia, eso solo es posible si aunamos esfuerzos entre muchos profesionales involucrados en el tratamiento del cáncer de mama a nivel nacional e internacional”.

En general, podemos decir que desconocemos en concreto la causa del cáncer de mama en el hombre, pero sin duda los factores hormonales son importantes ya que casi todos los casos de cáncer de mama en el varón tienen receptores para los estrógenos”, dice el oncólogo. Si en la mujer aproximadamente en el 5 % de los casos hay una alteración genética hereditaria que favorece la aparición de la enfermedad, en el hombre ese porcentaje se eleva hasta el 15 – 20 %, y además en una proporción importante de pacientes hay una historia familiar de cáncer de mama. De la misma forma, otras enfermedades como el síndrome de Klinefelter (una alteración cromosómica) también aumenta mucho el riesgo de tener un cáncer de mama. Igual que la obesidad, un estilo de vida sedentario, la ingesta de alcohol y la exposición excesiva a la radiación. Se ha descrito un incremento del riesgo en trabajadores sometidos a altas temperaturas ambientales, gasolineras, exposiciones a humos, industrias eléctricas, etc., destaca.

Un estudio reciente sobre el cáncer de mama en hombres demostró que el tiempo que transcurre entre el primer síntoma y el diagnóstico puede llegar a los 19 meses, mucho más que en una mujer; “probablemente tenga que ver con que la gente no espera que un hombre desarrolle cáncer de mama, lo que reduce o elimina toda posibilidad de detección temprana”, dice el doctor Miguel Ángel Seguí. Las pruebas de detección del cáncer de mama son las mismas en el hombre que en la mujer: “Desde que se establece la sospecha de una tumoración mamaria, la confirmación diagnóstica es prioritaria. La realizaremos con pruebas de imagen, especialmente mamografía y ecografía, y la confirmaremos mediante una biopsia, normalmente mediante una punción por ecografía”. En el hombre, el síntoma más frecuente es la aparición de una tumoración no dolorosa en el pecho; a diferencia de la mujer, donde más de la mitad de los casos se diagnostican antes de que den síntomas por las mamografías periódicas. “No hay programas de diagnóstico precoz para los hombres, por lo que, en general, se diagnostica la enfermedad en un estadio más avanzado que en las mujeres”. Según algunos expertos, no se realizan porque no están justificados debido a la baja incidencia de cáncer de mama en hombres. También pueden aparecer retracción o ulceración del pezón, “no olvidemos la escasez de tejido mamario en el hombre respecto de la mujer, por lo que fácilmente el tumor afecta al pezón o a la piel”.

Según el portavoz de la SEOM, la mayoría de los casos de cáncer de mama en varones (más del 90 %) se caracterizan por expresar receptores hormonales (para estrógenos y progesterona), mientras que en la mujer esa situación se da en aproximadamente un 65 % de los casos; por tanto, podemos decir que el tipo de cáncer de mama más habitual en el hombre es el que ahora conocemos como de tipo luminal. “Este aspecto tiene una clara trascendencia en el momento de decidir el tratamiento de la enfermedad, ya que nos llevará a prescribir tratamiento hormonal en la mayoría de los casos. En pocas ocasiones la enfermedad tendrá una alteración del gen HER2, lo que también motiva la decisión de administrar un tratamiento biológico específico”.

Tradicionalmente, se ha considerado que a igualdad de estadio del diagnóstico no hay diferencias significativas en la supervivencia entre hombre y mujer; sin embargo, según comenta el especialista, un reciente estudio americano con mas de 1.200 casos de cáncer de mama en hombres en estadios iniciales de la enfermedad ha demostrado unas tasas de curación cercanas al 70 %, que es un 10 % más bajo que en el caso de las mujeres. “De ahí que, probablemente, haya que considerar que el cáncer de mama es una enfermedad un poco más agresiva en el hombre que en la mujer, y que hay diferencias en la biología de la enfermedad que afectan al pronóstico. Además, hay que tener en cuenta la falta de programas de diagnóstico precoz, lo que conlleva siempre un mayor retraso en el diagnóstico y en el inicio del tratamiento”, explica.

Siempre es difícil generalizar, y el impacto psicológico del diagnóstico de un cáncer de mama depende mucho de las características particulares de cada paciente, sea mujer u hombre. Sin embargo, el oncólogo explica que “solemos observar algunas reacciones diferentes: mientras que en las mujeres nuestro diagnóstico viene casi siempre a confirmar la sospecha que ya tiene la paciente y para la que se ha ido preparando, en el caso del hombre, frecuentemente, es una sorpresa, ya que ni ellos ni su familia se esperan el diagnóstico, y suele haber un mayor desconcierto. Las mujeres suelen estar mucho mejor preparadas que los hombres para recibir esta noticia”.

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