Existen dos elementos clave para elegir el centro de equinoterapia adecuado: 

  • El tipo de terapia con caballos que impartan. Esta debe ser acorde a la demanda del paciente. Como en muchas otras profesiones, en la medicina por ejemplo, dentro de la equinoterapia existen ramas o subespecialidades:

–      Hipoterapia: indicada para la discapacidad física o psíquica.

–      Equitación terapéutica: utiliza los beneficios de la equitación a nivel físico y emocional, a favor del bienestar del paciente.

–      Equitación adaptada: indicada para personas con alguna discapacidad que quieran aprender equitación.

–      Psicoterapia Asistida con Caballos (P.A.C.): terapia psicoemocional, educativa y social.

–      Rehabilitación y fisioterapia: utiliza las características físicas del caballo para lograr una mejora significativa en la capacidad funcional y componentes del sistema inmune del paciente. Está especialmente indicada para supervivientes de cáncer y sus familiares. También indicada para la rehabilitación física y para la readaptación psicológica y emocional a la vida cotidiana, así como para el duelo.

–      Población infanto-juvenil con trastornos de conducta, emocionales y del desarrollo. 

 

  • La formación y cualificación profesional del equipo (titulación y experiencia laboral). Existen centros en los que los terapeutas no son profesionales de la salud y sin embargo llevan a cabo tratamientos. Esto es impensable en otro tipo de terapia, pero en el mundo de las terapias ecuestres es relativamente frecuente, ya que hoy por hoy no existe regulación oficial alguna en España, ni siquiera por comunidades autónomas, de forma que no se exige ningún tipo de certificación al centro. Por lo tanto, la clave está en la ética profesional y el buen hacer de cada centro. “En EQUIDAE -nos explica Ana Preysler- funcionamos igual que cualquier otro centro de psicología y rehabilitación, somos un equipo interdisciplinar (psicólogos, neuropsicólogos, psicooncólogos, expertos en etología equina y fisioterapeutas), cumplimos unos protocolos, fijamos objetivos con cada paciente y llevamos a cabo un seguimiento”. 
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