No somos héroes, o al menos yo no lo creo. Héroes son esas amas de casa que sacan adelante a su familia con 400 euros al mes. Nosotras somos personas que nos toca superar una enfermedad y que de nosotras depende salir mejor o peor paradas. Yo lo estoy llevando «bien». Soy una buena enferma, por así decirlo, pero no dejo de pensar que el cáncer ha destrozado mi vida.
Desde que me diagnosticaron cáncer en septiembre no he dejado de leer, de asociarme a lo que he podido, de ir a conferencias y de investigar por mi cuenta con las limitaciones que tengo. Y creo que nos quedamos esperando en demasiadas ocasiones a que nos lo den todo hecho.
Quejarnos o no de la empatía de los médicos (que debería darse por supuesto), de que las cremas son caras y deberían estar subvencionadas no nos lleva a nada… si no movemos el culo del asiento. Y perdonadme la grosería. Yo pregunté a las compañeras con las que hice rehabilitación: cuántas de ellas habían hecho una donación a alguna fundación, o asociación, o simplemente cuántas tenían intención de hacer «algo», no sé, aunque fuera trasladarse a Madrid a escuchar charlas o conferencias. La respuesta fue totalmente negativa. Y claro… me quedé chafada y tremendamente frustrada.
Para recibir el tratamiento, tardo más de una hora de viaje en autobús desde mi casa hasta el hospital donde me tratan porque no tengo a nadie que me pueda llevar y la vuelta, a veces, es dura. No hay forma de cambiar de centro hospitalario una vez que has firmado con uno.
El cáncer, el proceso de esta enfermerdad abarca muchos frentes que todas sabemos: el económico, el emocional, el estético, el de la autoestima, el de la pareja, y por supuesto, el de la salud. Si cualquiera de los gajos de esta gran naranja empieza a pudrirse… una… yo… no sanaré.
Mi historia no es peor ni mejor que la de cualquier otra. A mí me parece una broma porque iba a reducirme y ahora… tienen que ponerme prótesis porque parece que me hubiera estallado una granada de mano. Parece que la vida hubiera querido ponerme en mi sitio y darme una lección de humildad ¡por ser tan presumida!
¡En fin!, yo tengo una frase que repetía a mis clientas y amigas cuando me pedían ayuda y consejo: !ESTO TAMBIÉN PASARÁ!, y si ha de ser así, que pase pronto.
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