“Cualquiera de los grandes subtipos de cáncer de mama puede dar lugar a metástasis”, señala la Dra. Ciruelos. “Es muy importante conocer el apellido del cáncer de mama (Luminal A, Luminal B, triple negativo, triple positivo y HER2 positivo), porque así se puede personalizar el tratamiento. Cada tipo de cáncer de mama tiene una manera diferente de comportarse. Por ejemplo, el triple negativo es muy raro que produzca metástasis en el hueso. Mientras que en tumores hormonosensibles la base del tratamiento será la hormonoterapia, con el objetivo de cortar los estrógenos, el alimento de este tipo de tumor”, argumenta la Dra. García Estévez.

“Ahora, con las nuevas terapias diana, ofrecemos a cada paciente un tratamiento personalizado”, señala la Dra. Ciruelos. Su objetivo principal es controlar el crecimiento del cáncer o aliviar los síntomas que causa. En algunos casos, los tratamientos para el cáncer metastásico pueden ayudar a prolongar la vida. “La supervivencia ha aumentado mucho, y lo que antes eran dos años, ahora pueden ser diez”, añade.

Lo que se busca con el tratamiento es que sea eficaz y poco tóxico. “Intentamos que sea un tratamiento que permita a la mujer seguir con su ritmo de vida normal, dentro de lo posible”, comenta la Dra. García Estévez.

Como todas las mujeres con cáncer de mama, cuando las pacientes tienen metástasis, deben tratarse en una Unidad de Cáncer de Mama que les ofrezca un enfoque integral y multidisciplinar. En opinión de la Dra. García Estévez, esta Unidad debe tener tres puntales fundamentales: “investigación clínica y asistida, investigación traslacional para trasladar los conocimientos derivados de la investigación básica a la práctica médica lo más rápido posible y un soporte emocional para la paciente”.

Es importante dar tratamiento médico y emocional porque, normalmente, la metástasis no se cura. Es una enfermedad que se cronifica, y ese es el principal objetivo de todos los profesionales de la salud implicados en el tratamiento e investigación del cáncer.

Siempre es fundamental saber escuchar, pero más si cabe cuando se comunica a una paciente de cáncer una recaída, porque el miedo y la sensación que experimenta pensando que se va a morir, y no va a ver crecer a sus hijos, es tremenda. “En la facultad no nos enseñan a dar malas noticias. Es algo que los médicos vamos aprendiendo en el día a día y muchas veces la paciente nos ayuda”, comenta la Dra. García Estévez. “Cuando tengo que dar una mala noticia a una de mis pacientes, ya paso un mal día”, afirma.

Estudios clínicos

Los investigadores están estudiando fórmulas de destruir y detener el crecimiento y la diseminación del cáncer. En los últimos años, se están centrando también en las formas de intensificar la reacción inmunitaria (inmunoterapia) contra los tumores.

Recientemente, un equipo dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC-IBMCC), Xosé R. Bustelo, ha descubierto que cuando se elimina o inhibe la proteína TC21 se consigue frenar el cáncer de mama y la metástasis en el pulmón. Esta importante investigación ha sido financiada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y ha contado con la colaboración de los grupos de investigación liderados por los investigadores Balbino Alarcón, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, y Mercedes Dosil, de la Universidad de Salamanca.

Aunque la eliminación de esta proteína puede ser una buena vía terapéutica en cáncer de mama, todavía quedan años de estudios y ensayos hasta conseguir una terapia efectiva.

Y es que antes de que un nuevo tratamiento se ponga a disposición general de las pacientes, se debe evaluar en estudios clínicos (estudios de investigación) para determinar si este es seguro y efectivo en el tratamiento de la enfermedad. Los estudios clínicos son un paso crítico para mejorar el tratamiento del cáncer porque sus resultados han llevado no solo a un progreso en el tratamiento del cáncer sino también a su detección, diagnóstico y prevención.

Las pacientes interesadas en participar en un ensayo clínico deben consultarlo con su médico. Para la Dra. García Estévez, es muy importante la participación de las mujeres con cáncer de mama metastásico en estudios clínicos porque estos pueden obtener resultados muy positivos y ofrecer nuevas posibilidades de tratamiento. “Siempre animo a mis pacientes a participar en estudios clínicos que se llevan a cabo para desarrollar nuevas moléculas asociadas al tratamiento estándar de quimio u hormonoterapia”, señala. Para ella, su principal objetivo es que sus pacientes puedan vivir de la mejor manera posible, ya que como recalca, “el futuro es ir hacia la investigación de nuevas terapias diana que permitan una mayor calidad de vida a las pacientes”.

Entrevista al Dr. José Luías García, director médico de Celgene.

¿Es la metástasis el gran caballo de batalla para logar cronificar el cáncer?

La gran batalla del cáncer de mama metastásico tiene dos frentes principales. El primero es la identificación precoz para evitar que el cáncer se diagnostique cuando ha desarrollado metástasis. Y el segundo es ofrecer mejores tratamientos para  conseguir más años de vida y mejor calidad de vida a las pacientes que sufren cáncer de mama metastásico. Este segundo frente es lo que llamaría cronificar la enfermedad.

¿Hay alguna forma de prevenirla?

Efectivamente. El diagnóstico precoz con técnicas de imágenes es fundamental. También lo son las revisiones ginecológicas que todas las mujeres mayores de 40 años deben realizarse anualmente, incluyendo una mamografía, así como las revisiones en mujeres que tienen antecedentes familiares y genéticos con alto riesgo de presentar un cáncer de mama. El seguimiento cercano por un oncólogo especializado en consejo genético en esta enfermedad es otras de las medidas más útiles. Gracias a ella se ha conseguido que en la mayoría de los casos diagnostiquemos el cáncer de mama cuando está localizado, y que hoy en día podamos hablar de curación cuando la enfermedad es localizada y no ha desarrollado metástasis.

En un cáncer de mama, en el 70% de los casos en los que hay metástasis, esta se produce lejos del tumor inicial, en huesos, pulmones o hígado, principalmente. Cuando se diagnostica a una paciente con cáncer de mama, ¿también se van vigilando esos órganos?

Sí, en el cáncer de mama, como en casi todos los tumores, no solo se vigila el órgano donde se origina el cáncer sino todo el cuerpo humano, pues las metástasis pueden afectar a múltiples órganos lejanos a la mama. Para ello, existen técnicas de imagen avanzadas como el TAC, el PET-TAC y la gammagrafía que ayudan en la vigilancia y seguimiento de todo el cuerpo de la paciente.

¿Qué tratamientos existen en la actualidad para el cáncer de mama metastásico?

Hay varios tratamientos. Una de las grandes novedades actualmente disponibles en España para el cáncer de mama metastásico es el nab-paclitaxel. Un fármaco que mejora la supervivencia de las pacientes un 27%  frente al paclitaxel.  El paclitaxel está considerado como uno de los fármacos más eficaces en cáncer de mama y uno de los grandes estándares de tratamiento en esta enfermedad. Por lo que el nab-paclitaxel representa un avance terapéutico y una mejora en la lucha contra esta enfermedad.

De todas formas, dada la agresividad del cáncer de mama metastásico, y por consiguiente, la gran necesidad de nuevos tratamientos para esta enfermedad, existen muchos fármacos nuevos que se están estudiando en ensayos clínicos, y esperemos que pronto demuestren beneficio para las pacientes. No debemos descansar en el trabajo para seguir mejorando la supervivencia.

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