Hoy nos habla el Bárbara Tovar, psicóloga y directora de la Clínica Bárbara Tovar (www.clinicabarbaratovar.com)

 

Lo que nuestra respiración esconde

 

La respiración nos acompaña toda la vida. Es parte fundamental de ella, desde que nacemos hasta que morimos, es nuestro termómetro personal que refleja la relajación, agitación o tensión que estamos sintiendo a cada momento. Sin embargo si somos honestos no invertimos el tiempo suficiente en entender cómo puede ayudarnos a tener una salud más resiliente y unas emociones mas serenas y equilibradas.

En nuestro fuero interno no obstante, sabemos de su importancia, recuerdo momentos en que mis hijos tras tener una caída respiraban de forma agitada, rotos por su llanto, y yo tratando de calmarles les decía: “tranquilo cariño, respira”.   También hemos podido saber cuándo nuestra pareja o nuestros hijos se han quedado dormidos en el sofá en casa, sin necesidad si quiera de verles la cara, simplemente el cambio en la armonía respiratoria nos mostraba con claridad que habían caído rendidos en el sueño.

Efectivamente nuestra forma de respirar está muy ligada a nuestras emociones y a nuestro estilo de vida. Emociones como el estrés, el dolor, la preocupación o incluso la búsqueda de control en nuestra vida refleja estilos respiratorios muy superficiales, poco profundos y completos. De este modo nuestro cuerpo se estresa, el sistema nervioso simpático está reactivo y así todo nos duele más, todo nos estresa más y todo nos preocupa más.

Lo mismo ocurre con la hiperventilación resultado de una respiración estresada llevada al extremo, características de trastornos de ansiedad.

Desde hace años, trabajo con la respiración  de mis pacientes para ayudarles a regular mejor la forma con la que se enfrentan a sus dificultades y he podido observar que, tras un entrenamiento de ocho semanas, se sentían mucho más fuertes ante situaciones que antes les bloqueaban, les superaban. 

Nuestro desentreno en estas actividades hace que simplemente el ejercicio de estar tres minutos consecutivos atendiendo a nuestra respiración, para poder conectar con ella al comienzo del entrenamiento, resulte complicado.  Pero lejos de desanimarse debemos tomarlo como un feedback maravilloso de la necesidad que tenemos de fortalecer una herramienta, la respiración, que bien manejada a nuestro favor puede ayudarnos enormemente en situaciones difíciles.

La inspiración  es un síntoma clarísimo de apertura, de vitalidad de abrirnos a la experiencia. Prueba a respirar profundamente, lo notas, ¿verdad?  Cuando estamos en una situación dura o difícil la inspiración se bloquea, se hace corta y poco profunda, esto tiene que ver con el deseo de no vivir esa situación, con  una reacción de protección y por tanto de no apertura a ese momento. Sin embargo, el llevar a cabo una inspiración profunda y diafragmática me puede dar la vitalidad y fortaleza para encarar con más éxito ese tipo de situaciones.

La expiración, por otra parte, está relacionada con el permitir, con abandonarse, relajarse, soltarse en una situación compleja, como veréis también algo muy contradictorio con lo que realmente hacemos,  tensión muscular, lucha, no aceptación. Cuando expiramos profunda y extensamente activamos nuestro sistema nervioso parasimpático, produciendo una reacción en nuestro cuerpo de relajación y por tanto conservamos mejor nuestras energías y fuerzas para afrontar con éxito esa situación.

En muchas ocasiones el cansancio de un día largo, con numerosas noticias, o bastantes preocupaciones nos aporta un agotamiento físico importante, casi más importante que cualquier día duro de actividad física, en gran medida esto tiene que ver con nuestra respiración.

El poder “controlar” o regular nuestra respiración nos ayuda a sentir mayores recursos en momentos dolorosos, nos saca de nuestros pensamientos para tomar contacto con el ir y venir del aire en nuestro cuerpo, algo que cuando se logra es como un bálsamo. 

Cada tipo de respiración está orientada a un objetivo, pudiendo encontrar respiraciones tan distintas como la respiración diafragmática, la respiración completa de yoga, la hipoventilación… Cada una de ellas nos ayuda a conseguir objetivos distintos, te animo a que le dediques más tiempo a cultivar una adecuada respiración, los resultados no tardan en llegar!

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