Hoy nos habla el Bárbara Tovar, psicóloga y directora de la Clínica Bárbara Tovar (www.clinicabarbaratovar.com).

 

Los 8 sabores de la vida

Como si se tratase de una heladería, la vida del mismo modo dispone de 8 sabores. Cada uno de ellos muy diferente al otro, y al igual que ocurre con los helados algunos de estos sabores están muy demandados mientras que otros tratamos de evitarlos o rehuirlos.

Esos 8 sabores también son conocidos como los 8 Dharmas de la vida y hagamos lo que hagamos, dispongamos del talento del que dispongamos, o tengamos la edad que tengamos, absolutamente todos probaremos cada uno de los 8 sabores, en algún momento de nuestra vida.  Os los presento a continuación:

Placer                         Dolor

Alabanzas                  Crítica / rechazo

Éxito                           Fracaso

Ganancias                  Pérdidas 

Como bien podéis imaginar realizamos grandes esfuerzos en nuestras vidas por tratar de mantenernos solo en la primera columna, luchamos para no tener que probar la segunda; pero lo cierto, es que aunque vivamos con la sensación de lucha por no probar esos sabores, más nos vale estar preparados, porque los probaremos, tal y como dice una canción de Shakira, es inevitable.

La pregunta sería ¿cómo respiro cuando me toca probar los sabores de la columna segunda? ¿Cómo responden los músculos de mi cuerpo? ¿Estoy preparado para afrontarlos de la forma mas adecuada y serena? 

En muchas ocasiones, cuando vivimos con esos sabores menos gratos, atribuimos su existencia a factores personales: “algo he hecho mal”, “soy débil……”,  lo cierto es que no los vivimos porque nosotros seamos menos válidos, mas débiles o mas torpes o incluso creer que tenemos mala suerte, sino porque, nos guste o no, son 8 sabores los que envuelven nuestra vida, los que componen nuestra realidad y no 4.

Casi todo el mundo nace preparado para afrontar el éxito,  el placer, las alabanzas,  ganancias, pero… ¿y sus opuestos? Nos define mucho mas como personas cómo afrontamos estos últimos momentos, estos últimos sabores, que el cómo afrontamos los primeros. 

Por otro lado, tampoco es sencillo vivir y saborear la primera columna sin apegarnos a ellos. En el momento en que nos resistimos,  tememos perder cualquiera de los 4 sabores de la primera columna, ya estamos tratando de controlar y eliminar los otros 4 sabores. Aprender a despedirnos de lo bueno es tan importante como dar la bienvenida a las crisis, lo mas sensato es ser cómo el viento que se pega a todo, pero no se queda con nada. 

Aceptar, permitir, abrirnos a las experiencias que nos traiga la vida, sean estas cuales sean, tener la valentía para probar los 8 sabores tratando de cultivar la serenidad, es nuestro gran reto. Os animo a que investiguéis en cada uno de ellos, del mismo modo que si fuesen habitaciones que habitar a lo largo de vuestra vida, y dentro de cada una de esas habitaciones, dentro de cada uno de esos sabores, respirar, y observar que si no luchamos contra ellas, si no nos aferramos a ellas con uñas y dientes, sufriremos mucho menos y dejaremos paso a nuevas oportunidades para disfrutar y ser mas libres. 

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