Una investigación liderada por el Grupo de Genómica Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona ha demostrado que el cáncer de mama HER2+ se puede clasificar en cuatro subgrupos diferentes según sus características moleculares. Un estudio previo del mismo grupo ya había abogado por esta subclasificación en base a su capacidad para predecir la respuesta a la quimioterapia y al tratamiento anti-HER2.
Ahora, un nuevo trabajo también liderado por el Dr. Aleix Prat, responsable del Grupo de Genómica Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y publicado en el Journal of the National Cancer Institute (JNCI) sugiere que, efectivamente, las diferentes tasas de supervivencia y respuestas al tratamiento quimioterápico y anti-HER2 del cáncer de mama HER2+ se explican, en parte, por las diferencias moleculares que existen dentro de esta enfermedad.
Por lo tanto, es esperable que esta nueva clasificación del cáncer de mama HER2+ pueda orientar en un futuro próximo hacia un tratamiento cada vez más dirigido y específico para las pacientes que padezcan esta enfermedad.
Ante cualquier diagnóstico de cáncer de mama es crítico conocer el subtipo molecular al que pertenece el cáncer para poder plantear un enfoque terapéutico óptimo. Hasta hace poco tiempo, el cáncer de mama se clasificaba, según la presencia o no de los receptores hormonales y del receptor HER2, en tres grupos: cáncer de mama hormonosensible, HER2+ y triple negativo (cuando no se incluye en ninguno de los dos grupos anteriores).
Los tumores HER2+ suponen el 15-20% de los cánceres de mama y se caracterizan por la presencia de un gran número de receptores HER2 y una mayor actividad proliferativa de las células tumorales; como consecuencia, se trata de tumores muy agresivos, con un elevado riesgo de recaídas y mortalidad. En los últimos años, la aparición de tratamientos dirigidos contra el receptor HER2, como el trastuzumab, el lapatinib o el pertuzumab, ha mejorado mucho el escenario para las pacientes con esta enfermedad.
Establecer las diferencias genómicas entre cada uno de los subtipos de HER2+, y la correspondencia de estas con la evolución clínica de cada uno de ellos, está permitiendo dirigirnos hacia la medicina de precisión del cáncer que se anhela y hacia una toma de decisiones terapéuticas más personalizada. Todo ello debe llevar a la aplicación de tratamientos más agresivos para quienes se puedan beneficiar de ellos, y tratamientos más dirigidos y menos tóxicos para quienes puedan tener como opción esta estrategia, resultando todo ello en una mayor tasa de supervivencia y mejor calidad de vida.
A pesar de ello, Prat advierte que “aunque no dudo de que en un futuro próximo utilizaremos los subtipos moleculares para la toma de decisiones terapéuticas personalizadas en la enfermedad HER2+, hoy por hoy su identificación no debe cambiar la práctica clínica habitual”.
Finalmente, Prat concluye que “lo que está claro es que, en cáncer de mama, los test basados en la expresión génica aportan información esencial sobre los beneficios de los tratamientos y sobre el riesgo de la paciente de recaer a corto y largo plazo. Esto indica que cada vez va a ser más importante realizar una caracterización molecular del tumor previa a tomar decisiones terapéuticas. Creo que debemos esforzarnos al máximo para que estos tipos de test genómicos puedan implementarse ampliamente en toda la comunidad. No tenemos más opción que ir todos en esta dirección”.
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