La insuficiencia venosa crónica, más conocida como varices, consiste en una dilatación de las venas, debido a la debilidad en las paredes y disfunción de las válvulas. Las venas se dilatan y dejan de cumplir su misión, la de realizar el retorno sanguíneo al corazón, porque sus válvulas dejan de cerrar correctamente y el flujo se invierte: aparecen edemas, hinchazón, y si el problema es grave, flebitis o úlceras.

Para entender mejor el funcionamiento del sistema venoso el Dr. Agustín Arroyo Bielsa, cirujano vascular de la clínica Dermaline nos explica en profundidad la anatomía del sistema venoso.

En las piernas nos encontramos fundamentalmente con dos tipos de venas:

  1. Las que constituyen el sistema venoso profundo, que acompaña generalmente a las arterias y conduce el 90% de la sangre de los miembros inferiores hacia el corazón.
  2. Las que forman el sistema venoso superficial, que canaliza el 10% de la sangre de los miembros inferiores y que forma una red por debajo de la piel, en la que destacan 2 venas, la vena safena interna y la vena safena externa.

Pero además estos dos sistemas están entrelazados por un conjunto de venas de conexión llamadas perforantes. Aunque las varices son dilataciones preferentemente de la red superficial, pueden estar causadas por una disfunción en cualquiera de los tres grupos de venas.

Funcionamiento de las venas de las piernas

La función de las venas de las piernas es recoger y transportar la sangre hacia el corazón. Por lo tanto, en el ser humano, al desplazarse en posición vertical, debe superar la fuerza de la gravedad. Para ello las venas disponen de 2 mecanismos de ayuda: las válvulas y la bomba muscular. Las válvulas son unos dispositivos que se encuentran en el interior de las venas, aproximadamente cada 10 centímetros, que actúan como compuertas, permitiendo el paso de sangre sólo en un sentido, de los pies al corazón. Pero por otro lado, cuando caminamos, los músculos de la pierna actúan como bomba, ya que su contracción y relajación, exprime las venas y las vacía de forma intermitente.

¿Qué tipo de varices hay?

En función de su tamaño y de su distribución u origen, podemos hablar de varios tipos:

  1. Telangiectasias o arañas vasculares.
  2. Varículas (<1mm).
  3. Varices Reticulares (1-2 mm).
  4. Varices colaterales (de más de 2 mm).
  5. Varices tronculares (de más de 3 mm).

Las tres primeras pueden ser catalogadas como un problema estético, sin embargo, las varices colaterales y tronculares reflejan un trastorno de Insuficiencia Venosa Crónica más severo.

¿Quién las sufre? 

Por regla general la mujer es altamente más propensa a sufrir su aparición. Más del 60% de mujeres y el 40% de los hombres acaba sufriendo un problema venoso.

¿Por qué se producen?

Si tuviéramos que hablar de una causa principal, sería la genética: alrededor del 70-80% de las varices tienen su origen en los genes. Además de ésta, “hay una serie de factores de riesgo que ayudan a su aparición. El embarazo es uno de ellos, no sólo por el cambio hormonal que sufre la paciente,  sobre todo por el aumento de la presión intrabdominal”, explica el Dr. Arroyo Bielsa.

Otros factores de riesgo son el sobrepeso, el sedentarismo de la sociedad actual, y pasar de pie muchas horas. Por ello, las profesiones como la enseñanza, la hostelería, o la peluquería, tienen un riesgo elevado, porque suelen desarrollarse con mayor facilidad al estar muchas horas de pie.

¿Cómo se manifiestan las varices? 

Muchas de ellas son asintomáticas. Los síntomas pueden ir desde pesadez y calambres, a situaciones más molestas con dolor y edema (o hinchazón de tobillos y piernas). La evolución crónica de las varices puede ocasionar el desarrollo de trastornos tróficos cutáneos y la aparición de úlceras, que son muy difíciles de curar. Además de no olvidar el riesgo de sufrir tromboflebitis y sangrado (varicorragia).

¿Qué factores son importantes para prevenir las varices y cuáles agravantes? 

Alimentación: No tiene una influencia especial sobre las varices, salvo por el hecho de que deberíamos evitar el sobrepeso y el estreñimiento. Por lo tanto, sí a la fruta, la verdura, la proteína y la fibra.

Deporte: Caminar es una actividad muy buena, pero preferentemente con media elástica, que estimula la acción de la bomba muscular gemelar. Si vives al lado del mar o en vacaciones, es muy beneficioso caminar por la playa para ayudar a la acción de la bomba muscular plantar.

Calzado: Ni muy alto, evidentemente, ni totalmente plano. Algunos estudios aseguran que es preferible emplear un pequeño tacón.

Calor y gravedad, fuera: Ambos aumentan el calibre de las venas. Por eso es importante evitar lugares de calor intenso y por el contrario es positivo darse baños o duchas de agua fría, que ayudan a evitar la dilatación de las venas; los geles fríos son adecuados, pero suelen tener una acción muy corta. “Y por supuesto, exponerse al sol de forma prolongada está contraindicado, así como permanecer sentado sin cambios posturales (debemos levantarnos y deambular de forma repetida), o estar de pie parado. Es bueno mantener los pies elevados durante el reposo, a ser posible sin doblar mucho la ingle”, añade el experto.

 

A la hora de consultar es importante saber que:

  1. El especialista más preparado para el tratamiento de las varices es el Angiólogo y Cirujano Vascular.
  2. Las varices tienen una carga genética importante, y eso hace que algunas personas vuelvan a padecerlas después de una intervención.
  3. Es un error pensar que con una sola opción terapéutica se eliminará cualquier tipo de variz. El cirujano vascular debe dominar varias técnicas para poder ofrecer la más adecuada para cada caso.
  4. En algunas ocasiones un paciente puede necesitar varios tratamientos para conseguir la eliminación completa.
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