Los ensayos clínicos son estudios de investigación que se realizan para evaluar si un fármaco o tratamiento es seguro o no. Persisten muchos falsos mitos al respecto.

  1. Los pacientes en los ensayos clínicos son tratados poco más que como animales de laboratorio. Muchas personas dudan de si participar en un ensayo clínico porque no están seguras del trato personal que van a recibir. La mayoría de los pacientes con cáncer que han participado en un ensayo informan que no es así.
  2. Los ensayos no son seguros. Sobre la duda de si estaría poniendo en riesgo mi salud si participo en uno de ellos. Los nuevos tratamientos solo se prueban sobre las personas una vez que existe una evidencia suficiente de su seguridad. Si se participa en un ensayo de fase III, el fármaco o el tratamiento ya se habrá probado su eficacia y seguridad en pequeños grupos de pacientes.
  3. Solo hay que participar en un ensayo clínico si se tiene un cáncer terminal o no existen otros tratamientos fuera del ensayo clínico. La mayor parte del ensayos clínicos se realizan para el tratamiento de diferentes situaciones de la enfermedad que no siempre son avanzados.
  4. Participar en un ensayo clínico es un riesgo, porque me pueden dar un placebo. Como norma general, el placebo no se utiliza en los ensayos clínicos del cáncer. Lo habitual es recibir bien el fármaco en estudio o el tratamiento estándar que haya para ese tipo de cáncer. Solo se utiliza el placebo cuando no existe una alternativa terapéutica para ese cáncer y se quiere comprobar la eficacia de un nuevo tratamiento. El placebo también se puede administrar cuando se evalúan fármacos que puedan prevenir el cáncer, pero los participantes en estos ensayos no padecen cáncer.
  5. El tratamiento que se recibe en un ensayo clínico es peor. Los pacientes en los ensayos reciben el mejor tratamiento disponible hasta ese momento o un nuevo tratamiento que los investigadores consideran que podría aportarles algún tipo de beneficio o así al menos tan bueno como el tratamiento estándar. Sin embargo, no se puede garantizar el beneficio en todos los casos.
  6. El tratamiento que se recibe en un ensayo clínico es mejor. Realmente, tampoco este es el caso. Los investigadores no pueden garantizar la obtención de mejores resultados. Sin embargo, los pacientes que participan en los ensayos clínicos pueden obtener mayores tasas de supervivencia que los que reciben un tratamiento estándar.
  7. Si participo en un ensayo, no podré dejar el estudio sin poner en riesgo mi salud. Se puede abandonar el tratamiento cuando uno lo desea sin dar mayores explicaciones, sin que ello condicione una peor atención hacia al paciente, pero se recomienda al paciente que siga las instrucciones que le dé su médico para su seguridad.
  8. No quieren que participen personas mayores en los ensayos clínicos. Los pacientes de edad avanzada están poco representados en los ensayos por dos razones. Una, porque existen pocos estudios diseñados para ellos; y la segunda, porque muchos estudios limitan la edad a los 65-70 años.
  9. Los médicos e investigadores no informan a los pacientes de todos los riesgos asociados a la participación en un ensayo clínico. Además de la información que le den los médicos, los riesgos de participar en un ensayo clínico se explican detalladamente en el consentimiento informado.
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