Escolares que empiezan a fumar para no engordar

Como señalábamos en el reportaje «La feminización del cáncer de pulmón» publicado en el número cinco de Revista LVR, En Europa, este mismo año, el cáncer de pulmón causará más muertes de mujeres que el cáncer de mama. La causa del incremento de la incidencia de este tipo de tumor en la población femenina está claramente vinculada al aumento de mujeres fumadoras y «el cáncer de pulmón en mujeres es un problema sanitario de una enorme magnitud», señalaba en el citado reportaje la Dra. Enriqueta Felip.

Pero si esto ya es preocupante, no digamos ya la edad de inicio de las mujeres en el tabaquismo, cada vez más temprana. Hablando sobre este tema durante el reciente Congreso de SEOM con el Dr. Javier de Castro, oncólogo del Hospital Universitario La Paz, me comentaba que cada vez es más frecuente ver ven a chicas, casi niñas, fumando. A diferencia de los chicos que cuando superan los 11 o 12 años continúan con la práctica del deporte, las adolescentes generalmente pierden el interés por él y suelen abandonarlo. En esa etapa de cambio y, al no practicar ejercicio físico, comienzan a engordar y, para evitarlo, muchas de ellas recurren al cigarillo.

En la adolescencia se configura la personalidad y los hábitos de vida adquiridos durante la misma se mantienen, por lo general, en la vida adulta, y son muy difíciles de modificar una vez establecidos. Por ello,es preciso poner el foco de atención de prevenir que los jóvenes empiecen a fumar y centrar los esfuerzos en las chicas que recurren a esta práctica como «método de adelgazamiento» para hacerles ver lo peligroso que puede resultar el tabaco para su salud.

Es preciso enseñarles unos hábitos de vida saludables, y es ahí donde el papel de los padres resulta clave para concienciar a estas escolares. Si ellas les ven fumar, difícilmente creerán que se trata de un hábito nocivo por mucho que los padres se lo aseguren.

También el Estado debería tomar cartas en este asunto. No es comprensible que, por un lado, realice campañas de prevención del tabaquismo; pero, por otro, obtenga recursos económicos, vía impuestos, con la venta del tabaco. No es aceptable que se comercialice un producto que está perfectamente comprobado que produce cáncer.