La leucemia es un tipo de cáncer hematológico que se origina en la médula ósea. Según la Fundación Josep Carreras, la leucemia consiste en la proliferación incontrolada de una población anómala de células de la sangre, que infiltran la médula ósea, impidiendo la producción de las restantes células normales, invadiendo la sangre y otros órganos.

A pesar de los avances y de la continua investigación en leucemia, todavía se ignoran las causas que provocan la enfermedad, de la que se conocen diferentes tipos, como la leucemia mieloide aguda, leucemia mieloide crónica, leucemia linfática crónica o leucemia linfoblástica aguda.

La leucemia linfoblástica aguda (LLA) se trata de un cáncer bastante frecuente en niños, pero cuya frecuencia disminuye a partir de la adolescencia, considerándose una enfermedad rara en adultos. “Globalmente, su incidencia en adultos es inferior a 1 caso nuevo por cada 100.000 habitantes y año”, afirma el doctor Josep María Ribera, jefe del Servicio de Hematología Clínica del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Badalona. Como explica el Dr. Ribera, la edad es uno de los factores de riesgo que determina el avance de esta enfermedad. “El pronóstico es bueno en niños, llegando a tener una supervivencia del 90%” -indica-, “aunque va disminuyendo progresivamente, de tal modo que en el subgrupo depacientes mayores de 60 años la supervivencia es de tan solo un  10%-20%,  debido tanto a una menor respuesta al tratamiento como a una  mayor toxicidad del mismo”.

Las opciones de tratamiento disponibles hoy en día varían en función del tipo de paciente y del grupo de riesgo.  Estas opciones incluyen quimioterapia, trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical), así como nuevos fármacos dirigidos a dianas moleculares e inmunoterapia.

Para la mayoría de pacientes, que se denominan de ‘riesgo estándar’, la quimioterapia suele ser suficiente, y solo se realiza el trasplante en caso de recaída. Los considerados de ‘riesgo elevado’ se tratan con quimioterapia seguida de trasplante. Por otro lado, para los pacientes cuya leucemia presenta el cromosoma Filadelfia (conocidos como Ph+), subgrupo de pacientes de ‘alto riesgo’, “se emplean, además de la quimioterapia, unos fármacos denominados inhibidores de tirosina quinasa (imatinib, dasatanib, nilotinib y ponatinib), en general seguidos de trasplante, con unos resultados francamente prometedores”, manifiesta el doctor Ribera.

En los últimos años se han logrado importantes avances gracias a las mejoras en el tratamiento, como por ejemplo la asparaginasa, que es un fármaco puntero en el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda que, como explica el doctor, “se ha empleado mucho para tratar la leucemia linfoblástica infantil, y en el momento actual forma parte de la mayoría de pautas de tratamiento de la leucemia linfoblástica en los adultos”.

Actualmente se encuentran disponibles varias formulaciones, como la asparaginasa pegilada, recientemente aprobada por las autoridades regulatorias europeas y aún no comercializada en España. Esta nueva formulación permite mantener actividad estable durante dos semanas administrando una sola dosis, frente a la formulación convencional que debe administrarse cada 24-48 horas. Como expone el doctor Josep María Ribera, “esto no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que produce menos reacciones alérgicas”. Asimismo, se encuentran en marcha otros ensayos clínicos con otras formulaciones de asparaginasa, como es el caso de la calaspargasa.

El doctor Ribera destaca el papel de Shire (compañía biotecnológica, líder en investigación en enfermedades raras) en la investigación de tratamientos para la mejora de esta enfermedad, y manifiesta que “cuando se produzca la comercialización en España de la asparaginasa pegilada será una gran noticia para nuestros pacientes”.

Por último, y con motivo del Día Mundial de la Leucemia, el doctor Ribera destaca la reciente introducción de la inmunoterapia, que está consiguiendo importantes resultados en el tratamiento. También los fármacos que están en fase de investigación dirigidos a dianas moleculares específicas para subtipos determinados de leucemia linfoblástica, lo que “llevará sin duda a emplear tratamientos cada vez más personalizados y eficaces”, concluye.

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