Una visita inesperada en mi familia

Cuando se trata de dirigirse a un niño, el challenge es aún más complicado. Intentar explicar a un niño que su madre, abuela, papá, abuelo o hermano padece una enfermedad como el cáncer no es tarea fácil. Hacerlo con delicadeza y elegancia aún menos.

Una visita inesperada en mi familia

Sin embargo, es posible. “Una visita inesperada en mi familia(Editorial Sentir, colección Senticuentos), de la psicóloga, psicooncóloga y psicoterapeuta familiar Mónica Fraca Villar y de la ilustradora Mª Jesús Santos Heredero, es una joya.

Dirigirse a los niños 

Este libro se dirige a los niños pero acompaña a los padres para que sepan gestionar tanto las emociones de los pequeños como las suyas. Como decía, las palabras cuentan, la forma de expresar los sentimientos también y los niños son muy sensibles a la creatividad. Tanto el texto como los dibujos se unen para transmitir cercanía y cariño. Es lo que quiso plasmar Chus Santos Heredero, “mucha alegría, cariño y esperanza”, me explica, para poder suavizar un tema tan duro como el cáncer, poniéndose en la piel de un niño.

Un cuento interactivo

Este cuento es interactivo, es decir que permite a los pequeños lectores jugar con pegatinas que son personajes, chuches, etc., que se pueden colocar en cualquier página del cuento. Además de los personajes principales está presente un cangrejito. El cangrejo es la imagen del cáncer. Puede sorprender su presencia en cada página pero es parte del juego. Es importante saber que existen varios cuentos en la misma colección cuya idea es explicar a niños de entre 3 y 10 años experiencias o situaciones que pueden suceder en sus vidas. Todos tienen una pequeña historia paralela; en esta ocasión es la del cangrejo que se convierte en una personaje con peso a lo largo de la historia y eso hasta el final, que no pienso desvelar.

Comunicación y cáncer 

Mónica Fraca empezó a trabajar en su libro tras hablar con la directora de la colección Senticuentos. Tras 15 años dedicada a pacientes de cáncer, era perfectamente consciente de la necesidad de comunicar sobre este tema que tanto preocupa dentro de las familias.

¿Un niño es más reactivo que un adulto? ¿Percibe más lo que pasa a su alrededor?

Los niños, son más sensibles, o al menos, conectan mejor con lo que pasa a su alrededor, están más en lo emocional. Muchas veces pensamos que los niños no se enteran y no es verdad. Puede que no sepan exactamente qué es lo que está pasando, pero si algo sucede a su alrededor son capaces de percibirlo. El problema es que si no saben qué pasa creen que tiene que ver con algo que ellos han hecho o dicho, lo que aumenta su malestar.

¿Se debe siempre decir la verdad a un niño?

La verdad debe ser siempre soportable y tolerable, adaptada a la edad y lenguaje de los niños, pero es bueno que seamos capaces de transmitirles qué es lo que sucede a su alrededor y dejar que pregunten todo aquello que necesiten saber.

Utilizas la palabra ‘abandonar’ que tiene una connotación muy fuerte porque puede marcar toda una vida y tener repercusión en la vida de adulto. ¿Es importante tener cuidado con lo que no se dice?

Si, es importante tener cuidado con todo aquello que no se dice. Los niños de 3 a 10 años son egocéntricos y piensan que el mundo se mueve por muchas de sus acciones, y como consecuencia de las mismas. No tienen la madurez cerebral para entender situaciones que no son explicadas por un adulto. Por ello, si la enfermedad se presenta en una familia y no somos capaces de hablar con nuestros niños, lo más normal es que se sientan responsables y esto puede generarles sentimientos de tristeza, miedo, rabia, aislamiento, sobreadaptación, complacencia, etc.

¿Hablar de la muerte debería ser algo normal? ¿El hecho que sea un tabú en nuestra sociedad es un error porque montamos un drama de algo que tenemos que aceptar sí o sí?

Vivimos de espaldas a lo único seguro que tenemos en esta vida, que es el hecho de que vamos a morir. Nuestra sociedad es una sociedad hedonista que busca el placer y la satisfacción, negando, y en muchos casos dificultando, la expresión de emociones negativas. La enfermedad y la muerte no están exentas de ello. Antiguamente la gente moría en casa rodeada de sus familiares, y los funerales se realizaban en las casas en presencia de toda la familia. Hoy en día eso no pasa, y muchas veces nos da miedo hablar de estos temas, lo que hace más doloroso aún el proceso del duelo.

Creo que debemos dar naturalidad al tema de la muerte y que sea un aspecto abordable en las familias, los colegios y todos los sistemas de referencia para los niños. De esta forma podremos evitar situaciones dolorosas por desconocimiento.

A menudo los niños hablan entre ellos y suelen hablar de temas tabúes con toda libertad y destapar secretos. ¿Cómo reaccionar como adultos?

Todo aquello que no es nombrado termina manifestándose en forma de síntomas o conductas disruptivas. No porque no se hable no está pasando; como adultos tenemos la responsabilidad de cuidar y proteger a nuestros menores y una forma de hacerlo es hablar con ellos sobre lo que ocurre a su alrededor. Esto hace que sientan confianza y seguridad y que, además, sean capaces de buscar la información que necesitan en adultos de referencia que les van a dar la información de manera adecuada y adaptada. Esto es un reto para nosotros pero es nuestra responsabilidad.

¿Es siempre aconsejable acudir a un psicólogo o un psicooncólogo, o hablando y escuchando se resuelven los problemas?

Los psicooncólogos estamos para apoyar y ayudar a los pacientes, los niños y a las familias en este difícil momento. Esta ayuda no siempre es directa. Con cuentos como estos y psicoeducación buscamos que cada familia sea capaz de gestionar estas situaciones con sus propios recursos. No obstante, hay veces que se requiere un apoyo o acompañamiento más directo, pues por nosotros mismos no sabemos solventar la situación. En estos casos la figura del psicooncólogo puede ser necesaria ya que nos da herramientas de ajuste a la situación que nos harán el tránsito por la enfermedad menos doloroso.

Este libro incita al niño a crear. ¿La creatividad es importante para expulsar la pena?

La creatividad es una herramienta fundamental para resolver problemas. Sin creatividad no seríamos como especie lo que hoy somos. La creatividad es un recurso psicológico muy potente que permite a los individuos generar alternativas para resolver dificultades y estar mejor.

¿Cómo un adulto que no puede aceptar la enfermedad de un ser querido es capaz de gestionar los sentimientos de un niño y explicarle una situación con la que no puede lidiar? ¿Cuáles son las pautas?

Es difícil que un adulto que no sepa gestionar sus propios sentimientos pueda ayudar a otros a gestionarlos. De ahí la importancia de prepararnos para hablar con nuestros hijos.

Si sentimos que no somos capaces (lo cual es válido) recomiendo buscar apoyo en el entorno o en profesionales de la psicología que nos ayuden a contar al niño lo que está pasando. Lo que no debemos hacer es pensar que no pasa nada si no saben. Apoyarnos en otros y pedir ayuda es una herramienta muy útil que puede ayudar a toda la familia a afrontar esta situación adversa.

 

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