Big data Foto Franki Chamaki on Unsplash

Vivimos en la era de la comunicación y la tecnología. Cada día compartimos miles de datos en forma de fotos, vídeos o mensajes que, de alguna manera, nos definen. De hecho, son ya muchas las empresas de marketing y publicidad que tratan de crear perfiles en base a estos datos para personalizar al máximo sus productos. Si tratamos de extrapolar este ejemplo a nuestra salud, ocurriría lo mismo con nuestro historial médico donde se recogen multitud de datos que dibujan la progresión de nuestro estado físico desde el diagnóstico de una enfermedad hasta el momento actual. Cada historia clínica contiene miles de datos referentes a un paciente, las patologías que se le han diagnosticado, su epidemiología, sus hábitos de vida, las pruebas médicas realizadas y un sinfín de anotaciones y apuntes realizados durante años de tratamiento.

Almacenaje de datos 

Imagina por un momento que almacenamos toda esa información en una enorme base de datos, donde todas esas variables se combinan con las de miles de pacientes con la misma enfermedad. En total miles de millones de bytes que se cruzan unos con otros para tratar de relacionar, por ejemplo, la edad del diagnóstico con la agresividad de una determinada patología o la probabilidad de que se produzca una recaída en función de tener otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión.

¿Qué es el big data?

A esto es lo que se denomina big data, y como explica el Dr. Mariano Provencio, presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro, en Madrid, “consiste en la utilización de multitud de datos, en principio no conectados entre sí de una forma lógica, a través de los que intentamos analizar el tipo de asociación que puede haber entre ellos y si interaccionan de alguna forma concreta”.

Big data: ¿la medicina del futuro? 

Las aplicaciones que el big data podría tener en el ámbito de la salud son innumerables y, de hecho, muchos son ya los proyectos que se están desarrollando en Europa en diferentes patologías. Big Data For Better Hearts en el ámbito de las enfermedades de las enfermedades cardiovasculares, IASIS en cáncer de pulmón y en enfermedad de Alzheimer o el proyecto Harmony en cánceres hematológicos son algunos de los ejemplos más importantes que, además, cuentan con una importante participación de investigadores españoles.

Cáncer de pulmón

Con el objetivo de crear una base sólida de evidencia a partir de la gran cantidad de datos disponibles en cáncer de pulmón y enfermedad de Alzheimer nació el proyecto IASIS, como acrónimo de Integration and analysis of heterogeneous big data for precision medicine and suggested treatments for different types of patients.

Recopilación de datos clínicos 

“Intentamos recopilar datos de historias clínicas electrónicas de los pacientes, tanto datos estructurados como no estructurados. En la historia clínica se recogen muchos datos clínicos de enfermería, de médicos y de residentes, y toda esa información se mete en una gran base de datos para intentar sacar conclusiones lógicas. Cada historia electrónica contiene miles de megabytes de datos clínicos, de radiología, interpretación de las imágenes, etc. Lo siguiente es establecer reglas matemáticas que den sentido a toda esta información”, asegura el doctor Provencio.

Unir fuerzas 

Esta iniciativa reúne 10 organizaciones de investigación de 5 países, entre los que se encuentra una marcada participación española representada por el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón y el Centro de Regulación Genómica, en Cataluña.

“Habitualmente cuando realizas una investigación sueles tener unos objetivos predeterminados que vas a estudiar. En este caso no hay nada predeterminado que queramos estudiar sino que intentamos ver asociaciones que solo se pueden conocer al cruzar todos los datos. Se va a estudiar el cáncer de pulmón en todos los estadios buscando asociaciones antes no conocidas, por ejemplo, asociaciones epidemiológicas relacionadas con el cáncer (comida, bebida, hábitos de vida, etc.), datos de probabilidad de recaída, segundos tumores, etc.”, asegura el Dr. Provencio.

Cánceres hematológicos

Harmony es la primera alianza europea de big data dedicada a los cánceres hematológicos. Este proyecto de la Innovative Medicines Initiative (IMI) nació con el objetivo de crear un mapa europeo con datos de siete neoplasias hematológicas diferentes (leucemia mieloblástica aguda, leucemia linfoblástica aguda, leucemia linfocítica crónica, síndromes mielodisplásicos, mieloma múltiple, linfoma no Hodgkin y neoplasias hematológicas pediátricas). Gracias al análisis de estos datos se espera conseguir, por un lado, conocer aún mejor estos cánceres y, por otro, desarrollar tratamientos más eficaces y de manera más rápida.

Participación directa de los pacientes 

Pero el proyecto Harmony no solo es pionero por estudiar la aplicación del big data en los cánceres hematólogicos sino que, además, destaca también por incorporar la colaboración de los pacientes desde el principio de esta iniciativa. “Aunque esto es algo cada vez más habitual, en muchos proyectos se cuenta con la participación de los pacientes solo en las fases finales y, en otros muchos casos, no se cuenta con los pacientes en ningún momento del proceso de la investigación. Solo considerando la perspectiva de los pacientes se podrán fijar unos objetivos que realmente sean relevantes desde todos ángulos de la investigación.

Supervivencia con mayor calidad de vida

No se trata únicamente de contar con tratamientos más eficaces sino también de que los pacientes puedan vivir con esos tratamientos y de que el aumento de la supervivencia venga acompañado de una mayor calidad de vida”, explica Ananda Plate, CEO de Myeloma Patients Europe (MPE), una de las organizaciones europeas de pacientes que participa en esta iniciativa.

51 organizaciones de 11 países diferentes forman parte del proyecto Harmony que está coordinado por dos hematólogos españoles: el doctor Guillermo Sanz, del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, y el doctor Jesús Hernández Rivas, del Hospital Universitario de Salamanca. Además, cuenta con la participación de otras ocho instituciones españolas: la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la Fundació Privada Institut d’Investigació Oncològica Vall d’Hebron, la Fundación Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León, la Fundación para la Investigación del Hospital Universitario La Fe de la Comunidad Valenciana, GMV Soluciones Globales Internet S.A.U., el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Synapse Research Management Partners y la Clínica Universidad de Navarra.

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta